23 Ene El 21,3% de los españoles que necesitó acudir a la Atención Primaria no pudo hacerlo en 2022.
La media de espera en este nivel asistencial fue de 8,8 días.
Servimedia/Madrid
El 21,3% de los españoles que el año pasado necesitó acudir a la Atención Primaria teniendo un problema de salud no pudo hacerlo, siendo la Comunidad de Madrid el territorio que concentró el mayor número de personas con este problema (26,72%) y Navarra el que menos (10,95%). Así consta en el ‘V Informe 2023 La Atención Primaria en las Comunidades Autónomas’ que ha elaborado la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp).
El trabajo pone de manifiesto que un 21,3% de los españoles tuvo problemas para acceder a la Atención Primaria teniendo un problema de salud, con la Comunidad de Madrid como el territorio con más personas afectadas por este problema (26,72%) y Navarra el que menos (10,95%).
En cuanto a las demoras, el 85,6% de los encuestados tuvieron una demora superior a dos días, con Andalucía liderando la clasificación (91,5%) y Navarra como ‘farolillo rojo’ (67,3%); y el 54,3% mayor a siete días, nivel de demora que alcanzó el 65,6% del total en Andalucía y el 27,3% en Asturias.
La espera media en Atención Primaria en España es de 8,8 días, lo que es “intolerable y muy problemático para la ciudadanía”, según denunció Fadsp.
GASTO Y RATIOS
El gasto sanitario en Atención Primaria representó un 13,92% sobre el total del gasto sanitario público, un guarismo que oscila entre el 10,73% en Madrid y el 18,33% en La Rioja.
Del mismo modo, tuvo lugar un ligero aumento en la ratio de Tarjeta Sanitaria Individual (TSI) por profesional de medicina de familia, mientras que esas mismas ratios por profesionales de enfermería, pediatría y personal administrativo sufrieron un ligero descenso.
El número de consultas de Atención Primaria en medicina de familia creció un 7,29%, mientras que en enfermería el crecimiento fue del 40,44%. En cuanto a la frecuentación por edades, descolló el grupo comprendido entre 35 y 64 años, con 66.668.348 consultas, y quienes tienen más de 65 años, con 77.979.167 consultas.
La tasa de urgencias y emergencias resueltas por el centro fue elevada, aunque con una leve disminución respecto al último dato conocido (78,27 frente a 94,88), mientras que las que necesitaron del desplazamiento de un profesional aumentaron a 107,57.
En términos globales, las consultas telemáticas representaron el 32% del total de las atendidas; y las presenciales fueron el 66,9%.
En cuanto a la variación interanual de las consultas de medicina de familia según el lugar de consulta, se observó un crecimiento del 28,3% de las teleconsultas y una caída del 10,28% de las consultas presenciales.
En pediatría, ese aumento de las consultas telemáticas fue del 44,61% y la caída de las presenciales se situó en el 5,22%; mientras que en enfermería se produjo un crecimiento promedio en las dos modalidades: del 45,05% en las presenciales y del 40,1% en las telemáticas.
El 45,5% de los españoles consideró que las consultas telefónicas fueron incómodas; un 26,9% estuvo poco o nada satisfecho con estas consultas; un 63,4% no pudo explicarse bien; y un 47,6% no entendió las indicaciones del médico igual que si estuviera cara a cara.
El 33,7% declaró que las consultas deberían ser presenciales, y un 63,5% comentó que algunas consultas deberían hacerse por teléfono y otras tendrían que ser presenciales.
En cuanto a la satisfacción por el tiempo dedicado en consulta, el promedio del país es de un 6,49 sobre 10.
SANIDAD PÚBLICA VS PRIVADA
El 68,6% de los encuestados prefirió la sanidad pública a la privada, con una variación que oscila desde el 77,6% en Navarra y el 58,9% en Baleares; el 59,5% utilizó únicamente la pública; el 6,4% se decantó exclusivamente por el sector privado; y el 14% uso ambas.
Los españoles calificaron con un 6,23 de media el funcionamiento de la Atención Primaria, con dos comunidades autónomas que le concedieron una puntuación inferior al 6: Andalucía (5,89) y Madrid (5,99).
Frente a esto, la valoración en la atención recibida en medicina y enfermería es considerablemente mejor, del 7,71 y del 7,94, respectivamente. A pesar de ello, la valoración en la atención recibida por el médico de familia como buena o muy buena se quedó en 79,7, un 7,3% menos.
Por último, el gasto farmacéutico por recetas, el que depende mayoritariamente de la Atención Primaria, aumentó un 26,45%.