03 Oct Editan una guía para atajar los suicidios entre los mayores.
El documento, editado por el Ayuntamiento, servirá de apoyo a los trabajadores de la red Bizan para actuar ante posibles casos.
Helena Rodríguez
La Organización Mundial de la Salud alerta de que el suicidio es un problema que en la mayoría de los casos se puede prevenir y cuyo abordaje es una prioridad. Según las estadísticas, los comportamientos suicidas crecen a partir de los 70 años. Conscientes de la importancia de anticiparse ante esta problemática en este segmento de edad, el área de Políticas Sociales, Personas Mayores e Infancia del Ayuntamiento y la empresa Sirimiri han elaborado una Guía de Prevención del Suicidio de la Red Bizan (antiguos centros socioculturales de mayores).
El objetivo del documento, presentado ayer por el concejal del área, Jon Armentia, y la responsable de la firma, Ana Borge, es dotar a las trabajadoras y técnicos de estos centros de una herramienta que les permita detectar posibles casos y evitar que se materialicen. «Es un tema tabú que genera estigma y lleva a las personas afectadas a no pedir ayuda y a su entorno a no ver o no querer verlo. Frente a ello, en los Bizan hemos decidido hablar del problema y poner en marcha actuaciones para prevenirlo, aprovechando que aglutinamos a una gran parte de la población mayor de Vitoria y que disponemos de excelentes profesionales en escucha permanente», explicó Armentia. Fueron precisamente ellos quienes dieron la voz de alarma a encontrarse «con episodios de suicidio» entre los usuarios.
La guía enseña a identificar señales de riesgo, entre ellas la tendencia al aislamiento o un interés inusual por la muerte, y detalla cómo actuar. En este sentido, el concejal de los servicios sociales municipales remarcó la importancia de «escuchar a la persona afectada, demostrar que nos importa y hablarle adecuadamente, sin juzgar ni criticar, además de ofrecer apoyo emocional y buscar ayuda profesional».
La publicación ofrece, además, pautas para acercarse a la persona con ideas suicidas y así conocer en qué momento está o cuál es su nivel de determinación. Por otra parte, dedica un apartado a la intervención ante el duelo y al apoyo a las personas supervivientes: familiares y amigos de la persona suicidada. A juicio de Ana Borge, responsable de la empresa Sirimiri contratada por el Ayuntamiento para gestionar los Bizan, «el simple hecho de enfrentarse a esta realidad genera un gran impacto y tener ideas claras sobre cómo actuar puede aliviar esta presión».