29 Sep Diez pautas que no debes pasar por alto para una buena salud visual de tus hijos.
El buen uso de pantallas, disfrutar del aire libre, mantener una buena iluminación en sus tareas diarias o acudir a revisiones oftalmológicas de forma habitual son algunas de las recomendaciones a seguir.
S.F
Cuidar de la salud visual es importante ya que, a través de los ojos, recibimos una enorme cantidad de estímulos e información y es este sentido el que nos permite gozar de una mejor o peor calidad de vida. Por ello, debemos tratar con mimo nuestros ojos y hacerlo siempre desde edades tempranas.
Como adultos, es importante estar alerta a las distintas señales que pueden darnos los pequeños de la casa y prestarles la atención adecuada ya que nos pueden ayudar a poner solución a futuros problemas que puedan aparecer a lo largo del tiempo.
Por este motivo, los profesionales de Clínica Baviera junto a su mascota Súper B y Lucía mi Pediatra, han desarrollado el decálogo de las buenas prácticas para que los niños puedan tener una buena salud visual. «La salud visual de los niños es algo que siempre debemos cuidar y es importante estar atentos desde el nacimiento para poder prevenir los problemas visuales que puedan surgir. Aunque pensemos que es todavía muy pequeño, existen métodos de diagnóstico adaptados a las diferentes edades para poder conocer el estado de su visión» afirma el Doctor Carlos Laria, director de la Unidad de Oftalmología Pediátrica de Clínica Baviera.
Por otro lado, la pediatra Lucía Galán, apuesta por un buen diagnóstico en edades tempranas ya que «se estima que hasta un 30% de los fracasos escolares o problemas académicos se deben a defectos de visión no diagnosticados».
Estos son los diez puntos a seguir para que los más pequeños gocen de una buena salud visual:
Estar pendiente de las posibles señales de alarma
Los padres deben observar el comportamiento de los niños para detectar señales de alerta de un posible problema visual como, por ejemplo: que giren los ojos, se acerquen mucho a los libros o al televisor, hagan muecas o guiños constantemente, tengan los ojos rojos al final del día, dificultades de aprendizaje en el colegio, padezcan orzuelos de repetición, etc.
Inculcar un correcto uso de las pantallas
Tomar una serie de medidas respecto al uso de la televisión, tablets o cualquier dispositivo electrónico es importante, ya que puede afectar a la calidad del sueño, y por supuesto, la propia salud ocular. Limitar el tiempo de exposición y hacer descansos periódicos es fundamental. Los niños menores de dos años no deben usar pantallas. Entre los dos y los cinco años deben limitar su uso a una hora al día y entre los cinco y los doce años a dos horas diarias.
También es importante usar las pantallas a la distancia adecuada (lectura, escritura y móvil/tablets 35 cm, portátiles 40-45, ordenador sobremesa 45-55 y televisión 2/3 metros) y no usar nunca las pantallas como única fuente de luz, deben tener otra luz ambiente.
Disfrutar del aire libre con los niños
Realizar actividades al aire libre con los niños no solo ayuda a disminuir el uso de dispositivos electrónicos mitigando los efectos que pueden hacer en ellos las pantallas, sino que ayuda a ejercitar la visión lejana. Además, existen varios estudios que relacionan una menor exposición a la luz solar (menos de dos horas al día) con la posible aparición de la miopía.
Lleva a tu hijo al oftalmólogo desde pequeño
Aunque en principio el niño no presente alteraciones en la visión, es recomendable realizar la primera visita al oftalmólogo durante el primer año de vida. Actualmente existen métodos de diagnóstico adaptados a las diferentes edades de los niños para poder conocer cómo es el estado de su visión en las distintas etapas del desarrollo, sin necesidad de que el niño hable o colabore.
Mantener una alimentación saludable
Llevar una dieta sana y equilibrada, rica en nutrientes con alto contenido en vitaminas A y C y minerales como el magnesio, ayuda al buen funcionamiento de las células del sentido de la vista.
Buena iluminación
A la hora de leer en formato digital o papel o trabajar frente al ordenador, la luz que empleemos debe ser preferiblemente natural y directa evitando los reflejos.
Proteger los ojos de la luz solar
No hay que olvidar que, ante una exposición prolongada, es recomendable el uso de gafas de sol homologadas que protejan sus ojos.
Prestar especial atención a la salud visual de los niños si se tienen antecedentes de patologías visuales
Algunas patologías visuales pueden tener un origen genético por lo que es recomendable hacer un mayor seguimiento a los niños e informar de estas dolencias en las visitas al oftalmólogo.
Usar gafas de bucear en las piscinas
La entrada de cloro en los ojos mientras se baña en la piscina o practican natación puede causar picor o escozor ya que es una sustancia irritante que puede provocar una reacción alérgica en la conjuntiva, conocida como conjuntivitis alérgica. Por ello es aconsejable emplear gafas de bucear para proteger los ojos de los más pequeños del cloro de las piscinas y lavar el ojo con lágrima artificial o suero fisiológico después de volver de la playa o la piscina.
En caso de necesitarlas, llevar gafas graduadas de forma correcta
No llevar una graduación correcta puede afectar a la visión. En caso de que los niños lleven corrección visual se deben realizar revisiones periódicas con su oftalmólogo para confirmar la evolución de la graduación y adaptar las gafas a sus necesidades actuales.
Los profesionales de Clínica Baviera nos recuerdan que, además, la vuelta al cole es una época en la que debemos prestar mayor atención a la salud visual de los niños y llevarlos de manera periódica al especialista. Además, Súper B, ayudará a que los niños no tengan ningún miedo a ir al oftalmólogo.