La falta de experiencia, el gran problema de los jóvenes para conseguir un puesto de trabajo.

La falta de experiencia, el gran problema de los jóvenes para conseguir un puesto de trabajo.

Según la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, la edad media a la que consiguen independizarse los jóvenes españoles es a los 29 años.

Juan Luis Espinosa

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principal barrera con la que se encuentran los jóvenes a la hora de acceder al mercado laboral es la falta de experiencia, según estudios. La población más joven de la ciudad opina lo mismo y es que los datos de desempleo avalan este factor, ya que el paro juvenil en España durante estos últimos años ha alcanzado cifras históricas.

La dificultad que tienen los jóvenes para encontrar trabajo se convierte en un gran problema puesto que es un aspecto fundamental y necesario para el crecimiento de la economía del país, además de para el propio crecimiento personal de la juventud española.

Recientemente el portal de empleo Jobatus.es registró un aumento de un 27.9% de usuarios registrados en su web entre los 18 y 29 años, debido a la tendencia actual que existe en España en la que hay una gran cantidad de jóvenes sin trabajo. Por este motivo, Jobatus realizó un estudio con el objetivo de entender la realidad actual de los jóvenes e identificar los requisitos y dificultades.

El estudio que realizó esta web de empleo reveló que el 53,2% de los encuestados afirmaron que la principal barrera a la hora de buscar trabajo es la experiencia laboral. En muchos de los casos debido a que han finalizado recientemente sus estudios.

En una reciente comparecencia ante los medios, la directora provincial del SEPE, Gemma Torres, explicó que uno de los factores para el incremento del desempleo en los meses de verano es efectivamente esta causa. La cantidad de estudiantes recién graduados que intentan hacerse un hueco en el mercado laboral. Sin embargo, actualmente son pocos los jóvenes que consiguen un trabajo nada más acabar terminar sus estudios.

Muchos comienzan a trabajar en puestos que poco tienen que ver con lo que han estudiado. Ana es una joven que, después de graduarse en la Universidad de Málaga, estuvo buscando trabajo durante un par de meses. “Eché currículum por todos lados. Me inscribí en todas las páginas web. Después de dos meses, me llamaron para trabajar de teleoperadora y acepté mientras continuaba buscando trabajo de lo mío”.

Problemas derivados

Pagar el alquiler, los estudios o el transporte, son algunos de los gastos a los que deben hacer frente los jóvenes. Muchos necesitan trabajar para poder costearse sus estudios y labrarse un futuro laboral. Sin embargo, la tarea se dificulta para la mayoría y al final acaba convirtiéndose en un círculo del que es difícil salir: necesitan estudiar para trabajar y viceversa.

Las barreras que encuentran para acceder a un puesto de trabajo complican también en muchos casos independizarse del núcleo familiar y se convierte en un objetivo que cuesta cumplir por la falta de trabajos de calidad. Según la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, la edad media a la que consiguen independizarse los jóvenes españoles es a los 29 años.

Y, además del desempleo, los contratos a estas edades están muy marcados por la temporalidad. “Estuve más de dos años trabajando de teleoperadora y me renovaban el contrato cada mes. Estaba en un sinvivir constantemente”, relata Ana.

Este tipo de contratos eran muy habituales en muchos tipos de oficios, como el de dependiente. “Me renovaban el contrato cada tres meses hasta que alcancé el máximo de renovaciones y me echaron”, cuenta Daniel, un joven que estuvo trabajando en una conocida tienda de ropa.

No obstante, la reciente reforma laboral ha ayudado en este ámbito y los contratos indefinidos han ido progresivamente aumentando desde su implantación.

Por otro lado, también están los que sí cuentan con experiencia, pero no el mínimo que piden como requisito las empresas en sus aspirantes al puesto ofertado. Entre dos y tres años es el mínimo periodo de tiempo que aparece en muchas ofertas de trabajo, imposible de alcanzar para personas que acaban de graduarse. Incluso el periodo de prácticas de la Universidad no les alcanza para cubrir ese enorme hueco.

“No entiendo cómo esperan que consiga esos años de experiencia si no me dan la oportunidad. Ya hice prácticas durante la carrera y el máster. No estoy dispuesta a seguir trabajando gratis”, explica María, otra joven que lleva en paro desde que se graduó durante la pandemia. Ahora se plantea prepararse para unas oposiciones porque es la única opción viable que ve para conseguir un trabajo y un sueldo de forma más segura.

Opositar se ha convertido en una de las opciones más demandadas entre los jóvenes. La situación laboral para estas nuevas generaciones se ha vuelto toda una pesadilla.

Otra joven melillense, Lorena, ha opositado para administrativa del Estado después de haber estado trabajando durante varios años en los medios de comunicación. La precariedad, los horarios y la conciliación fueron los factores que la hicieron decantarse por esta opción. Saber que el día de mañana no le va a faltar el sueldo y que va a tener un trabajo de por vida ha sido su mayor motivación mientras se preparaba para los exámenes. Ahora que ha obtenido una plaza en Sevilla se encuentra muy feliz.

Otras barreras

Otra de las barreras que surgió en el estudio realizado por Jobatus fue la incompatibilidad horaria. El 39,5% de los encuestados aseguró que no podían trabajar debido a la imposibilidad de cuadrar horarios y conciliar el trabajo con otros ámbitos de su vida, como los estudios.

Por último, aunque en menor grado, los idiomas también son otro de los requisitos que más dificulta el camino de este sector de población a la hora de conseguir un puesto laboral. El 7,3% de los jóvenes que participaron en este estudio destacaron este factor.

Y es que solo hace falta ver un par de ofertas en los portales web de empleo para darse cuenta de que cada vez son más las empresas que piden como requisito el dominio de alguna lengua extranjera entre sus candidatos, como inglés, francés o alemán.

La realidad de los jóvenes españoles respecto al empleo es muy compleja y las soluciones, por el momento, escasas. La falta de oportunidades, la mala calidad de los contratos o los excesivos requisitos son muchos de los factores que imposibilitan su acceso al mundo laboral.



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