03 Ago Las violaciones en el seno de la pareja triplican las perpetradas por otros agresores.
Una investigación sobre las características y perfiles de la violencia sexual dentro y fuera de la pareja, rompe el mito de las agresiones sexuales se producen mayoritariamente por desconocidos en callejones oscuros.
Marisa Kohan
En el imaginario colectivo, las agresiones sexuales hacia las mujeres las cometen mayoritariamente hombres desconocidos en un callejón oscuro. Un estereotipo social que es difícil de romper, a pesar de que distintas investigaciones han llamado la atención sobre el hecho de que la mayoría de estas violencias las cometen personas cercanas a la víctima y en ambientes tan íntimos como el hogar. Ahora un estudio realizado por científicas de la Universidad Complutense de Madrid, del Consorcio de Investigación Biomédica y en Red de Epidemiología y Salud Pública y de la Escuela Andaluza de Salud Pública y publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health, viene a arrojar más luz en este tipo de violencias.
Según los investigadores una de las conclusiones más relevantes del informe en España es el hecho de que las violaciones de mujeres de más de 16 años por parte de sus parejas triplican a las que se producen por otras personas.
En el imaginario colectivo, las agresiones sexuales hacia las mujeres las cometen mayoritariamente hombres desconocidos en un callejón oscuro. Un estereotipo social que es difícil de romper, a pesar de que distintas investigaciones han llamado la atención sobre el hecho de que la mayoría de estas violencias las cometen personas cercanas a la víctima y en ambientes tan íntimos como el hogar. Ahora un estudio realizado por científicas de la Universidad Complutense de Madrid, del Consorcio de Investigación Biomédica y en Red de Epidemiología y Salud Pública y de la Escuela Andaluza de Salud Pública y publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health, viene a arrojar más luz en este tipo de violencias.
Según los investigadores una de las conclusiones más relevantes del informe en España es el hecho de que las violaciones de mujeres de más de 16 años por parte de sus parejas triplican a las que se producen por otras personas.
«En España, más mujeres han sido violadas por una pareja a lo largo de su vida (7,8%) que por otras personas (2,2%)», explica la investigación, que destaca la necesidad de romper uno de los mitos «más dañinos» sobre las violaciones como «un acto perpetrado por un desconocido». Visibilizar este hecho, afirman los autores, también ayuda a romper el «estigma que caracteriza el abuso doméstico como un asunto privado más que como un comportamiento criminal que debería recibir la atención de las fuerzas del orden».
En nuestro país un 44,3% de mujeres con edades superiores a los 16 años han sido víctimas de algún tipo de violencia sexual, que incluye la realizada por las parejas y exparejas, las perpetradas por desconocidos y el acoso sexual. Los datos para realizar el estudio están basados en la Macroencuesta de violencia contra la mujer realizada por el Ministerio de Igualdad en 2019 que encuestó a casi 9.500 mujeres y que se considera una de las investigaciones más completas.
El conocimiento detallado de estas violencias es clave para entenderlas, prevenirlas y combatirlas, así como para definir qué tipo de mensajes y campañas se deben realizar. En nuestro caso, hemos analizado por separado la violencia sexual que se produce tanto en el ámbito de la pareja como fuera de ella. Pues los estudios previos no profundizaban los factores asociados a cada una de estas formas de violencia sexual«, destaca Luis Sordo, uno de los expertos que participó en la publicación.
En este sentido el estudio realiza un análisis más detallado sobre la edad, la situación laboral o el nivel económico de las víctimas de estas agresiones y extrae algunas conclusiones interesantes. Por ejemplo, destaca que en estudios sobre la violencia de género en general, los grupos con mayor riesgo de sufrirla lo forman las mujeres jubiladas y las que están en desempleo. Sin embargo, esta publicación desvela que quienes sufren en mayor medida la violencia sexual por parte de sus parejas son las mujeres más jóvenes y empleadas. «Esto demuestra que cuando se estudia la violencia sexual separadamente de otras violencias surgen perfiles más específicos de mujeres. Además, tener hijos y tener menores ingresos también se asocia con una mayor violencia sexual por parte de la pareja, lo que parece indicar que las mujeres que la experimentan tienen más dificultades para independizarse emocional y económicamente de la pareja masculina y, por lo tanto, para abandonar la relación abusiva», afirma el estudio.
En cuanto a las mujeres que experimentaron una agresión sexual por otros agresores, tenían como características comunes el ser más jóvenes, de hogares más pequeños, con mayor nivel educativo y usuarias de Internet. «Quizás sean estos grupos de mujeres los que están mejor informados, y por tanto más concienciados socialmente y menos tolerantes con comportamientos que pueden ser normalizados y no considerados como violencia sexual, ya que Internet y las redes sociales son una ventana a una mayor información y conocimiento sobre las realidades de otras mujeres».
La discapacidad es un factor de riesgo para sufrir agresiones sexuales en cualquier circunstancia (en pareja, por otros agresores y acosos sexual), por lo que la investigación llama la atención de las autoridades y de atención a estas mujeres para realizar «un abordaje en profundidad que nos ayude a comprender qué otros factores intervienen en la asociación entre violencia sexual y discapacidad, tal como se ha hecho con otros grupos de mujeres».
Una violencia oculta
La violencia sexual y de género aún permanecen ocultas, puesto que los índices de denuncia son muy bajos tanto en España como en otros países. El estudio estima que tan sólo el 20% de las mujeres afectadas informan haber sufrido violencia física o sexual. «Si, a pesar de que existen más canales de información, presentar una denuncia judicial o una denuncia ante la policía no es una de las principales soluciones ante una situación tan traumática como la violencia sexual, debemos preguntarnos si los mecanismos de ayuda y servicios están trabajando de forma eficaz en la lucha contra la violencia de género«. Una de las fortalezas del informe, destacan los investigadores, es que permite conocer los motivos por el que las mujeres no denuncian.
«La violencia sexual ha sido descrita como una de las experiencias más degradantes y humillantes que una persona puede soportar«, abunda la publicación. Un dato que contrasta con «el bajo porcentaje de denuncias penales, tanto fuera como dentro de las uniones íntimas». Por ello los investigadores resaltan la necesidad de denunciar están asociadas a la violencia física y se debe poner mayor énfasis en denunciar la violencia sexual en sus diversas modalidades, «no solo las que están recibiendo más atención en los medios, como el acoso sexual, sino también la violación dentro de asociaciones íntimas, que deben investigarse más y estudiarse con mayor profundidad», concluyen.