Dos medicamentos ya aprobados demuestran frenar los síntomas del alzhéimer.

Dos medicamentos ya aprobados demuestran frenar los síntomas del alzhéimer.

Aunque se trata de fármacos psiquiátricos, han logrado frenar la sintomatología de la enfermedad.

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Investigadores de la Universidad de Colorado han descubierto que dos fármacos psiquiátricos, la imipramina y la olanzapina, aplicados a pacientes con la enfermedad de Alzheimer, reducen sus síntomas y mejoran su cognición.

“Las personas que recibieron estos fármacos pasaron de la enfermedad de Alzheimer a un deterioro cognitivo leve o de un deterioro cognitivo leve a uno normal», explica Huntington Potter, autor principal del estudio, que se ha publicado en la revista científica ‘Alzheimer’s Research & Therapy’.

Atacar por los flancos

En las investigaciones para desarrollar fármacos contra el alzhéimer, se busca frenar la producción de dos proteínas, la beta-amiloide y la tau, porque es su sobreproducción la que produce la neuroinflamación típica de la enfermedad y, según la zona que dañe, mostrará unos síntomas u otros: pérdida de memoria, desorientación, pérdida de las capacidades comunicativas, etc.

En esta investigación, en cambio, el objetivo fue distinto: «Adoptamos un enfoque único al dirigirnos a la APOE4 porque los objetivos habituales de los fármacos, la beta-amiloide y la tau, no han producido un fármaco convincentemente eficaz para las personas con EA a pesar de décadas de trabajo», apunta Noah R. Johnson, principal investigador del estudio.

La APOE4 es una proteína apolipoproteína codificada en la genética que, de heredarla, aumenta la posibilidad de desarrollar alzhéimer, ya que contribuye a la formación de la proteína beta-amiloide. En términos metafóricos, atacar a la APOE4 y no a la beta-amiloide sería como, en vez de buscar un jaque mate al inicio de la partida, eliminar piezas fundamentales para el rey.

La respuesta, en la psiquiatría

Los investigadores examinaron 595 compuestos de una biblioteca de fármacos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos e identificaron varios compuestos que bloqueaban específicamente el efecto de APOE4 en la formación de amiloide de Alzheimer. Entre ellos, se encontraban dos medicamentos empleados como antidepresivos y antipsicóticos: la imipramina y la olanzapina.

Al ser fármacos ya aprobados y en circulación, los científicos contaban con una amplia población de control para medir los efectos. Incluso en los pacientes con alzhéimer, entre los que suelen ser comunes la depresión y la psicosis, existían quienes tomaban estos medicamentos.

Fue entonces cuando descubrieron que los pacientes psiquiátricos con EA que usaban imipramina y olanzapina mostraban una significativa mejora de los síntomas de la EA. El análisis mostró que, en comparación con las poblaciones de control, los sujetos que tomaban imipramina u olanzapina presentaban una mejora de la cognición y de los diagnósticos, que son medidas clínicas directas de la gravedad de la enfermedad.

«En particular, en nuestro cribado de fármacos, descubrimos que la imipramina y la olanzapina inhibían fuertemente la fibrilación de AB (beta amiloide) catalizada por la APOE4, mientras que ninguno de los otros antidepresivos o antipsicóticos cuyo uso se informó en la base de datos del NACC tenía tal actividad y ninguno mostró beneficio alguno para los pacientes con EA», detallan.

Un estudio más específico

Los investigadores advierten, no obstante, de que el estudio era retrospectivo, lo que significa que hicieron el descubrimiento mientras analizaban datos recogidos con otro fin. El siguiente paso sería hacer un estudio más detallado sobre estos fármacos, seguramente con la imipramina, que tiene menos efectos secundarios que la olanzapina. Comenzarán por ensayos en un modelo de roedor y, si tiene éxito, realizarán un ensayo clínico.