06 Abr La genial iniciativa que usa los sentimientos de los animales para enseñar empatía a los niños en clase.
El proyecto supone una forma lúdica de trabajar la educación en valores y la inteligencia emocional en el aula.
Carlota Fominaya
Amor, sorpresa, enfado, alegría, tristeza… las cartulinas descansan sobre la mesa de los alumnos de 3º de Primaria del Colegio Amanecer de Alcorcón (Madrid). Son sentimientos que han entendido e integrado perfectamente a través del proyecto Emociones con Patas, el primer programa de Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) que introduce la empatía hacia los canes como parte del currículum académico del alumnado. Entre los objetivos de esta iniciativa, puesta en marcha desde la cátedra de investigación Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y ModernFamily, están la conciencia sobre la convivencia responsable con los animales, el fomento de la inteligencia emocional o el desarrollo de los beneficios del mindfulness en alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria.
Leticia, la tutora de esta clase, describe situaciones que se pueden dar a diario en la convivencia con los animales y los niños deben identificar la emoción y levantar la tarjeta que toca.
No fallan. «¿Qué ocurre cuando un perrito ladra y mueve el rabo o saltan porque quieren coger una pelota?», pregunta esta profesora. «Que siente alegría, porque quiere jugar», responde sin titubear Daniela. «¿Y cuando, por ejemplo, oyen petardos y tienen el rabo entre las piernas?» «Que sienten miedo», responde muy seguro de sí mismo Ander. Y así hasta cubrir situaciones de miedo, de amor, de tristeza… «Es una forma estupenda de enseñarles que los animales también tienen sentimientos», apunta esta docente.
La gran ventaja del aprendizaje a través de los animales, apunta David Martí, también tutor de tercero de Primaria, «es que es perfectamente trasladable a las relaciones con los compañeros y tiene un reflejo en todas las situaciones de la vida. Es una forma excepcional de trabajar la educación en valores y la inteligencia emocional de una forma lúdica y con muchísimo éxito a través del contacto con los animales y lo que estos transmiten».
«Aprovechamos eso que se da en la infancia y que los expertos llaman “biofilia”, que hace que nos sintamos atraídos por los seres vivos. El contacto con estos nos produce sensaciones o emociones positivas», explica Nuria Máximo Bocanegra, directora de la cátedra de investigación Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). La experiencia así lo había demostrado en 2021 con las sesiones llevadas a cabo en un colegio de Torremocha del Jarama (Patones, Madrid). En este colegio, tal y como asegura Máximo Bocanegra, «vimos que el aprendizaje con seres vivos se produce desde un punto de vista emocionalmente positivo, lo que eleva la motivación. Y eso, qué duda cabe, marca una huella mayor de aprendizaje». «Los seres humanos, cuando nos sentimos motivados, o tenemos una motivación intrínseca por hacer algo, estamos más predispuestos a aprender. En este caso concreto partimos desde ese punto que es aprender las necesidades del otro y, por tanto, sentir empatía», asegura esta experta.
Todas las actividades realizadas junto a estos menores persiguen, entre sus principales objetivos, aumentar la conciencia sobre la convivencia responsable con los animales, enseñando al menor a relacionarse con éstos desde el respeto y bienestar común; así como conocer sus necesidades para respetar su bienestar, ofrecer herramientas de inteligencia emocional, desarrollar competencias socioemocionales, o conocer los beneficios del mindfulness a través de su práctica o el fomento de la conciencia corporal y la respiración consciente.
El equipo de Emociones con Patas se compone por expertos de psicopedagogía y psicología, educadoras caninas y guías de IAAs que se acompañan de animales previamente adoptados, entrenados y seleccionados que, además, han sufrido y superado situaciones de maltrato y abandono. Por su parte, este grupo de animales es heterogéneo y diverso, independientemente de la raza, el aspecto, las edades y el temperamento de los individuos que lo componen, con el fin de que los niños puedan apreciar el valor de cada uno de ellos.
«Incluir la empatía hacia los animales en todos los niveles de la enseñanza y educar a las nuevas generaciones a este respecto se ha vuelto cada vez más esencial, al ser una manera efectiva de impedir posibles conductas negativas en las aulas y, en general, en la sociedad», concluye la la directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC. Es por ello, recuerda, «que recientemente la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados aprobó las enmiendas relativas a incluir la empatía hacia los animales en la nueva Ley de Educación entre los fines del sistema educativo, por lo que la importancia de este proyecto radica en que, por primera vez, podemos incluir la formación en valores que favorecen el respeto hacia los seres vivos y los derechos de los animales».