07 Ene El 90% de los nuevos contratos en diciembre fueron temporales.
El bajo porcentaje de empleo indefinido en España matiza los excelentes datos de ocupación del 2021.
Jaume Masdeu
Desde que entró en vigor la reforma del mercado laboral del PP en el 2012, en España se han firmado 190 millones de contratos, de los cuales 167 millones de carácter temporal, es decir, prácticamente un 90%. Aquella reforma, basada en facilitar la devaluación salarial para aumentar la competitividad de la economía, incentivó aún más la temporalidad del mercado de trabajo.
Esta semana se han conocido los datos de empleo que han cerrado 2021 y son excelentes porque han permitido recuperar con creces los niveles previos a la pandemia, pero siguen arrastrando un punto débil, la temporalidad. De los 1,6 millones de contratos firmados en diciembre, solo 173.000 fueron indefinidos, un 10,33%, una cifra que, por otra parte, dado el contexto, se considera satisfactoria.
“Esa idea de que la temporalidad es una forma de reducir el desempleo no se sostiene”, dice Arroyo
“Visto en perspectiva, el 10% es un buen dato. No es el 14% magnífico de noviembre, pero está por encima de lo habitual en diciembre”, dijo el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, que añadió que “la esperanza es que esto tiene que dar un vuelco con la reforma laboral que ha entrado en vigor. Una parte decisiva, el bloque más crucial, intenta precisamente corregir esta tendencia arraigada de la temporalidad, que tiene incluso tintes culturales”. Es el pronóstico y deseo al mismo tiempo de uno de los negociadores de la reforma, que se aplica desde el 31 de diciembre con acuerdo de todos los agentes sociales y que ahora debe pasar aún un previsiblemente agitado trámite parlamentario.
Un segundo dato significativo lo proporciona el detalle de altas y bajas en la Seguridad Social durante el cambio de mes. El último día de noviembre el número de afiliados a la Seguridad Social cayó en 110.776 trabajadores. Al día siguiente, el 1 de diciembre, se produjeron 111.393 altas. Se terminaron prácticamente el mismo número de contratos que se firmaron al día siguiente. También se observan bajas de 54.000 afiliados el 23 de diciembre, o de 34.000 el día 27, contratos que se dan de baja para no pagar la cotización durante las fiestas.
“La reforma laboral pretende garantizar la estabilidad, rebajar el número de contrataciones y transferir trabajadores a contratos estables. Elimina por ejemplo el contrato por obra y servicios, que podía durar incluso cuatro años y daba cobertura a actividades permanentes. Este cambio refleja lo que el Ministerio pretende, dar un vuelco a la contratación”, señala Joaquín Pérez Rey.
Por su parte, el secretario de Estado de Empleo, Israel Arroyo, también insiste en desmentir la idea de que la temporalidad conlleva más empleo. “España es una anomalía en temporalidad y en desempleo. Esta idea de que la temporalidad es una forma de reducir el desempleo no se sostiene”, afirma Arroyo.
Ciertamente, las elevadas tasas de paro y de temporalidad son las dos grandes anomalías endémicas del mercado laboral español. Un porcentaje de desempleo siempre disparado en relación con los países vecinos, tanto en tiempos de bonanza como de crisis, y rematado por una temporalidad extrema. En cuestión de paro, España está en un 14,5%, doblando de largo la media europea, que se queda en el 6,7%, mientras que en temporalidad aquí se eleva hasta el 20,1% y en Europa se queda en una media del 10,5% (11,1% en la eurozona).
Sin embargo, para algunos economistas la cuestión a afrontar no es tanto la temporalidad como la elevada tasa de paro. “El problema de nuestro mercado laboral es el nivel de desempleo. Con una tasa más reducida, los demás problemas tendrían menos importancia”, afirma la economista senior de Funcas, María Jesús Fernández, que apunta un interrogante sobre la eficacia de las medidas para frenar la temporalidad incluidas en la reforma laboral. “Tengo mis dudas de que tenga un impacto decisivo. Actuar por la vía normativa, más la judicialización, tiene un impacto limitado. Todo dependerá de la inspección, de que se cumplan los contratos”, afirma Fernández.
Precisamente, los sindicatos intentaron durante la negociación de la reforma incluir como un elemento del pacto un refuerzo potente de los efectivos de la Inspección de Trabajo. Sin embargo, la propuesta no cuajó. De la potencial eficacia de la inspección, hay muestras recientes. En noviembre, el envío de cartas que realizó el Ministerio de Trabajo a empresas que incumplían la normativa dio como resultado que 82.000 contratos temporales se convirtieran en indefinidos. Fue el resultado del segundo plan de choque para regularizar contratos temporales irregulares.
En todo caso, para este año, la previsión del Gobierno es que el empleo siga su fuerte incremento. “Debe ser un buen año”, pronosticó el secretario de Estado Pérez Rey, mientras que su colega en Seguridad Social, Israel Arroyo, prevé que en este semestre se alcancen los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social. En el 2021 se quedó cerca, en 19,8 millones.