El 71% de las familias recurren a los abuelos para el cuidado de sus menores.

El 71% de las familias recurren a los abuelos para el cuidado de sus menores.

Según un estudio de Fundación Alares, el 49% de los encuestados aseguran que no podrían continuar con su jornada laboral sin esta ayuda de sus mayores.

ABC

Enlace noticia original

Con la vuelta al cole a punto de estrenarse, la conciliación laboral y familiar sigue vuelve también a un primer plano por ser una asignatura pendiente. El 71% de las familias recurren a los abuelos para el cuidado de sus hijos, según una reciente encuesta de Fundación Alares. El 49% de los encuestados aseguran que no podrían continuar con su jornada laboral si no tuvieran la ayuda de sus familiares mayores en su día a día.

Aunque en la mayoría de las familias (51%) son los abuelos en pareja los que se encargan del cuidado de los menores, sigue habiendo tareas más feminizadas o masculinizadas. Teniendo en cuenta su sesgo cultural, las abuelas tienen como tarea principal la comida (32%), seguida del aseo, vestimenta y desayuno (25%). Sin embargo, los abuelos se encargan principalmente del parque y tiempo libre con un (23%) y llevar y recoger a los/as menores del colegio (22%).

Según la encuesta de Fundación Alares, los días no lectivos o los días en los que los menores se encuentran enfermos, el 70% de las familias recurre también a los abuelos. Fuera del ámbito laboral, el 50% de las familias pide ayuda a los abuelos para el cuidado de sus hijos durante las actividades de ocio y tiempo libre.

Para terminar, el 91% de las personas encuestadas valoran entre un 7 y un 10 la ayuda prestada por los mayores. Según Mar Aguilera, directora de Fundación Alares, la relación entre los abuelos y sus nietos es importante para que «se sientan útiles y puedan transmitir sus historias personales y anécdotas, dejando de lado la sensación de soledad y mejorando su rendimiento cognitivo». Sin embargo, Aguilera alerta de que es necesario que no exista una sobrecarga de tareas. «Cuando pasamos del cuidado voluntario puntual a la obligación permanente, la sobrecarga no es nada positiva y puede agravar sus problemas de salud o dar lugar a otros nuevos», concluye.