17 Ago Tres expertas afirman que el sesgo de género en la atención sanitaria pone en riesgo la salud de las mujeres.
Investigadoras, enfermeras y psicólogas han analizado las desigualdades de género en la atención sanitaria en el Curso de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ‘¿Atendemos igual a los pacientes si son mujeres u hombres?’.
Maialen Ferreira
¿Por qué se diagnostican las enfermedades cardíacas de manera tardía en las mujeres? ¿Padecen osteoporosis los hombres? Si la prevalencia del dolor es mayor en mujeres, ¿por qué se les administra menos analgesia? El sesgo de género en la atención primaria es, como desarrolla la catedrática de medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Alicante, María Teresa Ruiz en su libro ‘ Perspectiva de género en medicina’, el hecho de que «a igual necesidad sanitaria en hombres y mujeres se realice un mayor esfuerzo diagnóstico o terapéutico en un sexo respecto al otro, pudiendo contribuir a desigualdades en salud entre hombres y mujeres”.
También ocurre cuando se relaciona una enfermedad con un sexo determinado y, por tanto, se diagnostican tarde o peor algunas enfermedades como las cardiovasculares, las anginas de pecho o diabetes en mujeres o la depresión, enfermedades en la piel o la ELA en los hombres. Esto provoca que aumente el riesgo de hospitalizaciones urgentes, sobre todo en mujeres. Así lo han analizado este martes en el Curso de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ‘¿Atendemos igual a los pacientes si son mujeres u hombres? Desigualdades de género en la atención sanitari
Las desigualdades en el sistema sanitario comienzan desde la investigación científica. La investigadora y Doctora en Psicología por la UPV/EHU Olatz Goñi Balentziaga ha desarrollado durante el curso la idea de que las investigaciones con ratones hembras es menor a la de los machos porque se da por sentado que los organismos primeras son más cambiantes, lo que resulta más lento y caro para los investigadores.
«Una investigación realizada recientemente, un meta análisis en el que se han presentado 10.000 publicaciones concretamente, ha analizado los rasgos cambiantes en el comportamiento, la morfología, la fisiología y los detalles moleculares de un sujeto macho y otro hembra y ha concluido que las hembras no son más cambiantes o inestables que los machos. Eso quiere decir que claro que son cambiantes, pero también lo son los machos. Por lo tanto, animales de ambos sexos deberían ser aceptados puesto que si cogiéramos solo machos o hembras tendríamos un 50% menos de información a la hora de realizar cualquier estudio», ha explicado Goñi.
Mireia Tena Garitaonaindia está realizando un Doctorado gracias a una beca para la formación de profesorado universitario (FPU) en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, concretamente en el departamento de Bioquímica y Biología Molecular. Al igual que Goñi, Tena es importante «en cuanta a ambos sexos para poder tener una visión más real de lo que se investiga». «En mi grupo de investigación trabajamos con ratones de ambos sexos para evitar el sesgo que esto provoca. Nuestro grupo investiga la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (que engloba las patologías colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn), una enfermedad que afecta por igual a hombres y mujeres, por lo tanto, no me parece correcto excluir a un grupo por obtener datos más homogéneos y así evitar tener datos dispares. Creo que deben tenerse en cuenta ambos sexos para poder tener una visión más real de lo que se está investigando. Las fluctuaciones hormonales que sufren las hembras pueden repercutir en otros procesos biológicos y por ello no responder de la misma forma a un mismo tratamiento», ha señalado Tena.
Durante el curso también han llegado a esa misma conclusión. Los cuerpos de mujeres y hombres, al igual que el de los ratones machos y hembras son diferentes, tienen dolencias distintas y responden de forma diferente a los tratamientos, por eso es fundamental estudiar a ambos.
Muchos de los resultados dispares que hemos conseguido han sido por las diferencias en cuanto al sexo del ratón y por lo tanto hemos visto que es un factor importante en nuestra investigación y seguro que en muchas otras
«A pesar de haber diferencias de prevalencia en función del sexo, evitar un grupo hará que no sepamos si el fármaco o tratamiento tendrá el mismo efecto en hembras hasta llegar a fases clínicas avanzadas. De ahí que ciertos fármacos o técnicas de detección de enfermedades no sean las más adecuadas para las mujeres. Mi grupo de investigación quiere entender los mecanismos moleculares que se producen en la colitis tanto en machos como en hembras, ya que lo que observemos será más fiel a la realidad. Muchos de los resultados dispares que hemos conseguido han sido por las diferencias en cuanto al sexo del ratón y por lo tanto hemos visto que es un factor importante en nuestra investigación y seguro que en muchas otras», ha indicado Tena.
La investigadora y profesora de Enfermería en la UPV/EHU Nagore Zinkunegi ha presentado en el Curso de Verano una investigación sobre cómo está la situación en los hospitales vascos en cuanto al tratamiento de hombres y mujeres. El estudio se centra en los pacientes vascos de todas las edades durante los años 2016 y 2018. La conclusión principal a la que llega Zinkunegi es que las mujeres encabezan las hospitalizaciones urgentes en distintos diagnósticos.
En diagnósticos concretos, estadísticamente hablando, las mujeres tienen más peligro de ser hospitalizadas de forma urgente
«En diagnósticos concretos, estadísticamente hablando, las mujeres tienen más peligro de ser hospitalizadas de forma urgente. Por ejemplo, dentro de las neoplasias, en las neoplasias malignas de colon y recto. Las pruebas para detectar el cáncer de colon en mujeres no son las más adecuadas y por eso están desarrollando pruebas nuevas, pero esa es una posible razón de las hospitalizaciones urgentes, que se detecta la enfermedad cuando ya es tarde», ha señalado Zinkunegi.
Para que esto no ocurra, las expertas han destacado la importancia de escuchar a la paciente sin paternalismos, porque hay ocasiones en las que quitar peso a una dolencia puede hacer que la enfermedad se detecte demasiado tarde o que la paciente no quiera volver a la consulta. «Si la pierdes, es más probable que luego aparezca en urgencias en lugar de haber realizado un seguimiento», han concluido.