17 Ago ¡Mamá, me aburro!.
Mantener siempre ocupados a los niños en verano, ¿es positivo? Los expertos aseguran que el aburrimiento es un desencadenante para la creatividad y la autonomía de nuestros hijos.
S.F
El teletrabajo abre de nuevo el debate de la conciliación familiar. Actualmente, casi tres millones de españoles llevan a cabo su actividad laboral desde casa, según datos de Adecco Group Institute. ¿Qué pueden hacer las familias para sobrellevar el verano con niños pequeños en casa?
La Organización Montessori Canela Internacional, expertos en neurociencia educativa y filosofía Montessori, nos propone algunas claves para la conciliación este verano:
Evitar a toda costa las «soluciones parche», como la televisión o la tablet. Estas convierten al niño o la niña en un actor totalmente pasivo para con su tiempo libre. Además, al proporcionar un estímulo visual y auditivo tan intenso, perpetúan un circulo vicioso en el que nunca nada será más atractivo que eso. Lo que a la larga se traduce en niños y niñas poco activos, una imaginación poco desarrollada y con dificultad para socializar con los demás.
A cambio proponer actividades poco estructuradas, preferiblemente con un solo objetivo. Proporcionar un espacio de juego y el material necesario para que niños y niñas puedan llevar a cabo la meta que el adulto ha propuesto, pero a su manera y a su ritmo. Por ejemplo, explicar un cuento en el que el niño/a es el protagonista, hacerle partícipe de las aventuras de la historia y animarle a que ayude a que acabe bien. Un ejemplo: «Para salvar a los animales del reino de Qorianka hay que ayudarles a reconstruir el castillo mágico con estos tubos de papel higiénico y estos cartones».
Marco Zagal, experto en neurociencia educativa y filosofía Montessori, explica: «Es cierto que, si el niño o la niña no está acostumbrado a tener tiempo libre, a aburrirse y a inventar sus propios juegos, en un primer momento experimentará malestar y demandará atención. Por eso es importante no ceder y entender que se trata de una sensación transitoria que a la larga favorece la motivación, la autonomía y la tolerancia a la frustración». «Dejemos que niños y niñas se aburran, -añade- despierten su creatividad, sean resolutivos y den rienda suelta a su imaginación».
Buscar juntos actividades que el niño o la niña pueda hacer sin supervisión. Escribirlas juntos en papelitos y guardarlas en una caja, de forma que cuando esté aburrido, siempre podrá sacar un papel y recordarse a sí mismo que hay mil cosas por hacer y que han sido ideas suyas. Eso reforzará su autoestima y su independencia.
Animar al niño o la niña a decorar los papeles y la caja, así como a ponerle un nombre, también ayudará a que la sienta como algo suyo, divertido y atractivo. El objetivo será siempre que los niños sepan divertirse y encontrar actividades sin necesitar la presencia o la aprobación de sus padres. Por eso, hasta que sepan llegar a ese punto solos, la idea es proponer opciones que despierten su imaginación y luego dejarles hacer a su manera.
Esto es lo que ocurre cuando un niño se aburre
El concepto de aburrimiento trae consigo una connotación negativa cuando la realidad es que es un estado de transición que pone en marcha la imaginación de niños y niñas, les lleva a buscar actividades que les interesen de forma genuina y favorece que entren en un estado de concentración.
Niños y niñas están acostumbrados a estar siempre ocupados, en las horas de colegio, actividades extraescolares y deberes. Tanta estimulación deja poco espacio a la imaginación y la creatividad. Las situaciones que se dan en su día a día están programadas de principio a fin y a menudo no hay lugar para que el niño o la niña tome decisiones o invente soluciones para las cosas que le ocurren.
Fomentar la toma de decisiones desde la infancia ayuda a desarrollar la autonomía y les enseña a hacerse responsables de sus elecciones. Cuando todo está pautado y no se dan opciones, niños y niñas no aprenden a valorar las situaciones, evaluar riesgos y desventajas de una decisión. Ya sea subirse a un árbol o empezar a hacer un puzle. En definitiva, serán niños dependientes y poco decididos, no serán capaces de determinar qué cosas les gustan porque no se les habrá dado la posibilidad de planteárselo.
Es importante no correr a ofrecerles una distracción inmediata cuando nos dicen que se aburren, sino todo lo contrario. Fomentar que se den situaciones en las que el niño no tenga ninguna actividad. El tiempo no estructurado les da la oportunidad de explorar su mundo interno y externo. Aprenden así a comprometerse con ellos mismos y con el entorno, a imaginar, inventar y crear. Les desafía a explorar sus propias inquietudes y descubrir poco a poco sus talentos. Es importante para niños y niñas tener la oportunidad de decidir por sí mismos cómo quieren aprovechar su tiempo.