Trastornos del sueño, diagnosticar bien para tratar mejor.

Trastornos del sueño, diagnosticar bien para tratar mejor.

Obtener un diagnóstico correcto requiere el trabajo conjunto de varios profesionales sanitarios.

El Diario

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Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. La ciencia nos ha demostrado que el sueño es una actividad necesaria para el ser humano porque, sin dormir, no podríamos estar despiertos. El sueño es tan importante para nuestro cuerpo como lo es comer y respirar y es vital para mantener una buena salud física y mental.

Sin embargo, muchas personas no duermen lo suficiente y otras tantas tienen un sueño de mala calidad. La Sociedad Española de Sueño (SES) afirma que la mejor calidad de sueño ocurre en la infancia tardía. Desde los 11-12 años en adelante, los problemas del sueño crecen exponencialmente e incluso afirman que 7 de cada 10 adultos van a experimentar problemas que afectan a la calidad del sueño a lo largo de la vida. La mayoría de ellos no lo sabrán y, por tanto, no serán tratados.

Cuando dormir bien no es posible

Muchas personas saben que no están durmiendo bien, pero no están seguras de por qué ocurre. Algunos de los trastornos del sueño pueden estar relacionados, directa o indirectamente, con anomalías en la fisiología de los sistemas nervioso, cardiovascular, respiratorio, inmune y también del metabolismo.

Los trastornos más frecuentes de sueño son el insomnio y la apnea del sueño, seguidos de otros como el síndrome de piernas inquietas y parasomnias como el sonambulismo. Otro grupo menos frecuente, aunque no menos importante, son las hipersomnias como la narcolepsia. La repercusión que tienen en la vida cotidiana puede llegar a ser importante, pues la fatiga, el bajo rendimiento o el sueño durante el día pueden afectar gravemente la rutina de quien los sufre.

Cualquiera de estas patologías dificulta tener un sueño reparador, por lo que es importante prestarles atención y estar alerta ante la aparición de síntomas que las sugieran, sobre todo si la calidad del sueño es mala, aparece dificultad para conciliar y/o mantener el sueño, este es poco reparador, nos levantamos con sueño y cansados, roncamos o tenemos apneas, o por el contrario, dormimos demasiado e incluso en momentos inapropiados.

Principales pruebas diagnósticas 

Los pacientes que lo necesiten deberán ser derivados a un médico especialista en medicina del sueño donde se realizará el diagnóstico y se establecerá un tratamiento adecuado.

Una de las principales pruebas utilizadas es la polisomnografía nocturna (PSG), para la cual es necesario que el paciente duerma una noche en el laboratorio de sueño y se obtengan las diferentes mediciones con las que se realiza el diagnóstico. Para ello se colocan diversos electrodos con los que se monitorizan distintas variables fisiológicas como la actividad cerebral mediante el electroencefalograma, el flujo respiratorio, el esfuerzo respiratorio, la actividad muscular, el oxígeno en sangre y la frecuencia cardíaca. También se realiza un registro simultáneo de vídeo y se valora la actividad motora y los comportamientos durante el sueño.

El test de latencias múltiples o test de mantenimiento de la vigilia son dos pruebas útiles para pacientes con hipersomnia, que determinan respectivamente, la severidad de la somnolencia diurna en algunas enfermedades como la narcolepsia y la capacidad de un individuo para permanecer despierto.

Otras pruebas frecuentemente utilizadas son la actigrafía, la poligrafía respiratoria, la oximetría nocturna y otras pruebas analíticas específicas.

La importancia de las Unidades de Sueño

Durante los últimos 45 años se han descubierto nuevos conceptos sobre la patología del sueño. Esto ha derivado en la creación de las Unidades de Sueño, servicios médicos multidisciplinares, integrados sobre todo por neurofisiólogos clínicos, psiquiatras, pediatras, neumólogos, otorrinolaringólogos, cirujanos maxilofaciales, neurólogos y psicólogos.

El Hospital Universitario Infanta Elena, con el fin de dar un mayor servicio en el diagnóstico de los trastornos de sueño, abre una de estas unidades en la que pueden realizarse todas las pruebas necesarias como las que hemos citado. Formada por un grupo de profesionales de distintas áreas de la salud, tiene como objetivo mejorar la calidad del sueño de su población.

 “La nueva unidad realizará una amplia gama de procedimientos dirigidos al estudio de niños y adultos con trastornos del sueño”, admite la Doctora Inmaculada López Gutiérrez, jefa del Servicio de Neurofisiología Clínica del centro hospitalario.

Unidades como esta tienen capacidad para diagnosticar estos trastornos, mediante una historia clínica dirigida, la exploración física y las pruebas complementarias referidas, y para tratar a los pacientes con una patología relacionada con el sueño. Ofrecen ayuda tanto a niños con problemas de insomnio relacionados con los hábitos de sueño, como a una persona mayor con un síndrome de piernas inquietas, pasando por el insomnio, la narcolepsia y el síndrome de apnea obstructiva del sueño.

Aunque muchos trastornos del sueño son tratables o prevenibles, pocos pacientes buscan ayuda profesional porque, en la mayoría de los casos, no dan importancia a los síntomas que tienen, como p.ej. el mal descanso nocturno o los ronquidos. “Lo más importante para su tratamiento es un diagnóstico certero y precoz”, insiste la Doctora López.

Una vez concretado el diagnóstico, lo más probable es que se necesite “una combinación de abordajes terapéuticos, de ahí la idoneidad de unidades multidisciplinares de sueño”, aclara el Doctor Rolando Agudo Herrera, especialista del mismo servicio, desde recomendaciones de buena higiene de sueño, técnicas cognitivo-conductuales, luminoterapia o fototerapia, dispositivos intraorales y dispositivos de presión positiva en la vía aérea, hasta los tratamientos farmacológicos y quirúrgicos.

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