02 Dic Neurólogos españoles consultados para un estudio de la SEN valoran los efectos del confinamiento en los pacientes con demencia y enfermedades neurológicas.
Neurólogos españoles consultados para un estudio de la SEN valoran los efectos del confinamiento en los pacientes con demencia y enfermedades neurológicas.
Daniela González
El estado cognitivo y funcional de los pacientes con demencia ha empeorado tras el confinamiento. Así lo desprende el informe de la Sociedad Española de Neurología (SEN): ‘Situación de los pacientes con demencia tras el confinamiento por COVID-19‘, presentado con motivo de la celebración de la LXXII Reunión Anual de la SEN, que se celebra del 23 de noviembre al 3 de diciembre.
El estudio ha sido realizado con las respuestas de los neurólogos españoles expertos en demencias, obtenidas a lo largo de mes de octubre de 2020 y las respuestas obtenidas hacen referencia a pacientes que no han padecido COVID-19 y que no viven en residencias. En el análisis han participado casi la totalidad de responsables de las consultas monográficas de toda la geografía española, así como otros neurólogos que mayoritariamente atienden a personas con estas patologías.
En este sentido, el 99 por ciento de los neurólogos españoles consultados para el estudio coinciden en que el estado del paciente con demencia ha empeorado y un 55 por ciento de ellos piensa que el deterioro es “mucho o muchísimo peor”. Por otro lado, el 77 por ciento de los expertos revelan que el deterioro se ha visto reflejado sobre todo en aquellos pacientes con demencia moderada. En relación a los pacientes con demencia leve, un 76 por ciento de los neurólogos considera que también ha empeorado. Respecto a las personas que aún se encuentran en una fase de deterioro cognitivo leve, un 48 por ciento considera que ha empeorado, y en aquellas con una demencia grave, un 44,5 por ciento.
Confinamiento y enfermedades neurológicas
“Esto es algo que se ha observado en todos los pacientes con demencia independientemente del tipo que padezcan, aunque ha sido especialmente llamativa entre las personas con enfermedad de Alzheimer”, señala el presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), José Miguel Láinez.
En este punto coinciden el 96 por ciento de los neurólogos consultados, que consideran que este empeoramiento se ha visto reflejado sobre todo en las personas que padecen demencia por enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, también se ha producido un deterioro en pacientes con otro tipo de demencias, como la asociada a la enfermedad de Parkinson o por cuerpos de Lewy, con la opinión de casi un 64 por ciento de neurólogos en ambos casos, o frontotemporal, con más de un 61 por ciento.
Deterioro cognitivo conductual
En la conducta, los neurólogos también han detectado un empeoramiento. El 94 por ciento de los entrevistados destaca cambios en este sentido y un 48 por ciento de los expertos lo califican como “mucho o muchísimo peor” que antes del confinamiento. En este contexto, la movilidad de los pacientes también se ha visto afectada. Un 92 por ciento de los neurólogos indica que la capacidad motora de los pacientes también ha empeorado.
En relación a la frecuencia de los síntomas conductuales durante el confinamiento casi un 69 por ciento de los expertos destacan la irritabilidad, la ansiedad con un 41 por ciento o los trastornos del sueño, un 38,5 por ciento y la agresividad, un 36 por ciento.
Pero también otros como delirios, un 30 por ciento, o con depresión, un 23 por ciento. Y la gran mayoría de los neurólogos considera que este empeoramiento de los pacientes se ha debido principalmente a la interrupción de paseos y otras actividades físicas, a la interrupción de las actividades de estimulación cognitiva y la pérdida de contacto familiar y social que ha generado el confinamiento.
“El confinamiento también ha afectado a los cuidadores de pacientes con demencia”, ha indicado la vocal de la SEN, Silvia Gil. La experta destaca que el 75 por ciento de los neurólogos considera que han vivido su rol de cuidadores mucho o muchísimo peor durante estos meses.
“Un 60% de los neurólogos considera que han aumentado los casos de nuevo diagnóstico de deterioro cognitivo durante los meses posteriores a marzo de 2020”
Encuentro virtual
En esta línea, la SEN destaca que casi el 30 por ciento de los pacientes con epilepsia reportaron un aumento de la frecuencia de sus crisis. Algo similar sucedió con los pacientes con parkinson, ya que un 66 por ciento experimentó un empeoramiento de los síntomas durante el confinamiento.
En relación a la cefalea, un 70 por ciento de los pacientes señaló un aumento de dolor de cabeza, tanto en intensidad como frecuencia. Por último, respecto a la esclerosis múltiple, un 46,5 por ciento de los pacientes ha experimentado un deterioro en su calidad de vida debido al confinamiento.
Dentro de las comunicaciones que presentará la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (Sociedad Adherida a la SEN) también se incluye una realizada en Madrid. En ella, indican que la pandemia generó un retraso en la derivación a centros de neurorrehabilitación, destacando la mayor gravedad de los traslados y la posibilidad de que la modificación asistencial pueda influir en una peor recuperación funcional en el tiempo.
Algo que también apuntará otra comunicación procedente de miembros de la Sección de Neurofisioterapia de la SEN, en la que han constatado que el confinamiento ha provocado efectos físicos negativos en los pacientes neurológicos, así como una disminución de sus capacidades, principalmente rigideces articulares ante la espasticidad, incremento de la fatiga ante el esfuerzo y menor capacidad para desenvolverse.
“Los efectos de la COVID-19 durante el confinamiento también han producido afectaciones neurológicas en personas sanas”, ha indicado la Vicepresidenta y Responsable del Área Científica de la SEN, Cristina Íñiguez. La experta ha señalado que se mostrarán algunos casos durante el encuentro anual que han requerido ingreso hospitalario y asistencia médica.
“Es innegable que el confinamiento ha favorecido prácticas como el aislamiento social, el aumento del estrés o la disminución de la actividad física y esto ha sido perjudicial para nuestro cerebro”.