Qué señales nos advierten del acoso escolar.

Qué señales nos advierten del acoso escolar.

Entre noviembre de 2017 y octubre de 2018 el Ministerio de Educación recibió 12.799 llamadas al teléfono contra el acoso escolar. En 5.557 de ellas se detectaron posibles casos de bullying.

Leire Pérez

Empoderar. Formar a una persona y que adquiera independencia, criterio propio frente al grupo. Este es el mejor antídoto que podemos ofrecer a nuestros hijos para evitar que sean víctimas de maltrato escolar, según advierten los expertos. Y cuanto antes ofrezcamos esas herramientas, mejor. El teléfono contra el acoso escolar del Ministerio de Educación y Formación Profesional, el 900 018 018, un servicio gratuito y confidencial, atendido por psicólogos, trabajadores sociales y abogados, recibió 12.799 llamadas entre noviembre de 2017 y octubre de 2018. En casi la mitad de los contactos se detectaron posibles casos de bullying.

Estamos ante un problema de primer nivel. A lo largo de la vida escolar puede haber momentos en los que los padres sientan dudas y temores por los comentarios que les transmiten sus hijos. ¿A qué señales deben estar atentos? ¿qué les puede llevar a pensar que sus pequeños están sufriendo bullying? Lo primero, según recomienda Lorena Méndez, psicóloga especializada en Disciplina Positiva, metodología que se basa en educar con respeto, amor, comunicación, entendimiento y sin castigos, hay que «escuchar». «Siempre hay que atenderles y estar disponible», asegura. Y lo más importante, no restar importancia a ningún comentario, aunque sea una situación puntual. «Para el niño es importante», asegura.

La labor de los padres es discernir entre un enfrentamiento con otros pequeños y un acoso que implica una situación de desigualdad. ¿Y cuándo estamos ante lo segundo? Pues bien, según los especialistas, se tienen que dar una serie de características como que varias personas que están en situación de superioridad maltraten a la otra en el tiempo. En este caso, las directrices son claras: «hay que contactar con el tutor y el colegio para que explore y observe si hay señales de alarma», apunta Méndez.

La especialista recuerda que hay otros comportamientos que se han normalizados, pero son igual de tóxicos como «no dejar jugar, ignorar, burla, quitar el material en clase. También es acoso, no solo la agresión física. Se deben de atender porque el niño sufre y hoy en día todo se magnifica además con los teléfonos móviles». En estas circunstancias las indicaciones que nuestros hijos nos mostrarán también son claras: no querer ir al colegio, estar irritables, sensibles, cambios en el sueño, en el apetito, que lloren y que muestren signos de ansiedad, por ejemplo. Aquí está claro, hay un peligro.

Desde pequeños, a edades más tempranas, los progenitores deben escuchar a sus hijos y dotarlos de estrategias para que puedan enfrentarse a las situaciones que les están produciendo malestar. «Es importante enseñarles a cuidarse, poner límites a los demás, decir no e irse a jugar con otros niños si les están tratando mal y si la cosa va a más, pedir ayuda a un adulto», detalla la experta en Disciplina Positiva.

Es elemental en la gestión de este tipo de problemas no poner en papel de víctima al que no está sabiendo gestionar la situación. No lo estamos empoderando. Jamás se deben lanzar mensajes como ‘te pasa porque no te defiendes’, ‘ es porque no compartes’. Es decir, nunca justificar la violencia. «Hay que educar de forma respetuosa y enseñar a que se respete su cuerpo», matiza Méndez.

Y es en la infancia, en los primeros años, cuando se debe profundizar en estos aspectos. «Si le acostumbramos a cambiar el pañal cuando no quiere, si no respetamos los tiempos, si les obligamos a dar besos, les estamos enseñando que no son dueños de su cuerpo y esto es peligroso», asegura. Por ello, es en casa donde debe comenzar el aprendizaje y la enseñanza.

«Debe de ser respetuosa. Si les amenazamos y humillamos, se acostumbrarán a esa forma de educación y el día de mañana a ser víctimas o agresores», detalla. «Lamentablemente, en esta sociedad está presente un modelo en el que el que tiene poder y es más fuerte presiona y abusa al más débil», lamenta.

«Los niños tienen sus derechos y no pueden aceptar de otros faltas de respeto, si un amigo te empuja, te dice que vas a estar solo, te hace chantaje, hay que decir claramente que eso no se puede aceptar», recalca. En cuanto al niño agresor, también hay que tener en cuenta que seguramente no esté bien, reproduzca su propio malestar interno o quizás tenga trastornos siquiátricos no detectados.

https://www.elcorreo.com/familias-bbk-family/senales-advierten-acoso-20200924102946-nt.html