El Parkinson no es una enfermedad: son dos con diferentes síntomas, según un estudio.

El Parkinson no es una enfermedad: son dos con diferentes síntomas, según un estudio.

Este descubrimiento puede hacer que los tratamientos se personalicen en función de cada uno de los dos tipos.

Una investigación publicada en la revista científica ‘Brain’ sostiene que el Parkinson no es una sino dos enfermedades, que comienzan en el cerebro o en los intestinos, lo que explica que los enfermos describan síntomas muy diferentes.

Investigadores daneses de la Universidad de Aarhus explican que han demostrado «que la enfermedad de Parkinson puede ser dividida en dos variantes, que comienzan en diferentes lugares del cuerpo».

Según Per Borghammer, doctor en Medicina de la citada institución educativa, «para algunos pacientes, la enfermedad comienza en los intestinos y se extiende desde allí al cerebro a través de las conexiones neuronales. Para otros, la enfermedad comienza en el cerebro y se extiende a los intestinos y otros órganos como el corazón».

«Body-first» o «brain-first»

Este hallazgo tiene un gran valor de cara al tratamiento de la enfermedad, pues señalan que las terapias de curación deberían basarse en el patrón de la enfermedad de cada paciente.

La enfermedad de Parkinson se caracteriza por un lento deterioro del cerebro debido a la acumulación de alfa-sinucleína, una proteína que daña las células nerviosas. Esto conduce a los movimientos lentos y rígidos que muchas personas asocian con la enfermedad.

En el estudio, los investigadores han utilizado técnicas avanzadas de tomografía de emisión de positrones y resonancias magnéticas para examinar a las personas con la enfermedad de Parkinson. También se han incluido en el estudio a personas que aún no han sido diagnosticadas pero que tienen un alto riesgo de desarrollar la enfermedad.

La investigación demostró que algunos pacientes tenían dañado el sistema de dopamina del cerebro antes de que se produjeran daños en los intestinos y el corazón. En otros pacientes, las exploraciones revelaron daños en los sistemas nerviosos de los intestinos y el corazón antes de que el daño en el sistema de dopamina del cerebro fuera visible.

Desde los intestinos o desde el cerebro

«Hasta ahora, muchas personas han visto la enfermedad como relativamente homogénea y la han definido basándose en los clásicos trastornos del movimiento”, apunta Borghammer en declaraciones a Neuroscience News.

“Pero al mismo tiempo, hemos estado perplejos acerca de por qué había una diferencia tan grande entre los síntomas de los pacientes. Con este nuevo conocimiento, los diferentes síntomas tienen más sentido y esta es también la perspectiva en la que se debe ver la investigación futura»,

«Estudios anteriores han indicado que podría haber más de un tipo de Parkinson, pero esto no se ha demostrado claramente hasta este estudio, que fue diseñado específicamente para aclarar esta cuestión. Ahora tenemos conocimientos que ofrecen la esperanza de un tratamiento mejor y más específico de las personas afectadas por la enfermedad de Parkinson en el futuro», añade.

Los investigadores se refieren a los dos tipos de enfermedad de Parkinson como «body-first» (cuerpo primero) y «brain-first» (cerebro primero). En el caso de «body-first», puede ser particularmente interesante estudiar la composición de las bacterias en los intestinos, conocidas como la microbiota.

El de cerebro, más indetectable

Según los investigadores, este tipo de condición “puede ser tratada a través de los intestinos, con trasplante de heces o de otras maneras que afecten al microbioma».

El tipo «brain-first» es «un desafío mayor», ya que puede no ofrecer síntomas de trastorno de movimiento y el paciente puede ser diagnosticado con Parkinson cuando ya ha perdido más de la mitad del sistema de dopamina, lo que complica mucho la detección temprana y la curación.

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