21 Jul La radio, un espacio de desarrollo para las personas con discapacidad.
La radio se ha convertido en una herramienta para la inclusión de las personas con discapacidad a través de la expresión y la comunicación.
Todo Disca
En los últimos años, muchas instituciones que trabajan con personas con discapacidad, en su mayoría jóvenes y adultos, han abierto espacios en los que se procura realizar actividades relacionadas con lo artístico, con la expresión y con la comunicación.
En su mayoría, estas actividades se han agrupado en diferentes talleres, sustentados en los intereses particulares de los alumnos y en las inquietudes de los docentes y autoridades por utilizar nuevas estrategias de motivación en el aprendizaje.
Sobre esta sociedad mediatizada, donde los medios ocupan un lugar privilegiado en la vida de las personas, muchos talleres llevados a cabo se relacionan con actividades afines a la radio.
La radio es un espacio de sensaciones y emociones con re-significaciones múltiples. En ella las palabras adquieren un valor trascendental, la música transporta y el silencio le da significado a la constante fantasía del hombre.
Su originalidad, nos invita de manera continua a imaginar los hechos que van siendo relatados por el locutor, creados o simplemente inventados. Pone a prueba todas nuestras capacidades de creación y nuestras aptitudes para pensar las ideas que se transmiten.
El lenguaje radiofónico
El lenguaje radiofónico se caracteriza por la instantaneidad y por no permitir la relectura, con lo cual el mensaje es no perdura en el tiempo. Por este motivo la persona se transforma en constructora de un mensaje y es capaz de recrear una situación y una imagen en el oyente. Por otra parte, este medio de comunicación no requiere de ningún nivel de alfabetización para su utilización.
Muchos de los alumnos de instituciones varias por diversas causas, no están alfabetizados. Muy pocos asisten a establecimientos en los que aprenden y ponen en práctica la lecto-escritura y no tienen como hábito la lectura en sus hogares. Sin embargo, dada esa característica de la radio, se encuentran en perfectas condiciones para llevar a cabo experiencias comunicacionales a través de ella.
Por otra parte, es indudable que este medio da a los alumnos una oportunidad inigualable de expresión oral. El de taller de radio puede transformarse en un lugar en el que la persona tenga la posibilidad de decir algo y en el que su palabra sea tenida en cuenta, de manera que participe, opine, coopere, debata sus ideas y valores. Desde esta perspectiva el abanico de posibilidades que da la radio es enormemente amplio y oportuno.
La palabra radiofónica
Hablar de la radio es, desde luego, decir oralidad. Y decir oralidad, hoy sobre todo, significa instaurar o reconquistar el espacio del diálogo, de la charla, del coloquio. Ese momento indispensable en el que todo hombre construye y presenta su identidad a los demás. Un lugar en el que fluyen las subjetividades y donde cada participante se hace protagonista de la historia.
La oralidad, tan cercana al habla, exterioriza sentimientos y pasiones. La palabra oral tiene la virtud de remitirnos al pasado, de situarnos en el presente y de prepararnos para el futuro. La radio se alimenta de la oralidad. Uno de los elementos que constituyen el lenguaje sonoro de la radio es la palabra oral. Se entenderá el concepto palabra para describir por extensión “la totalidad del sistema expresivo que constituye el lenguaje verbal en tanto que vehículo de comunicación entre personas”. (Balsebre, A, 1994)
La palabra en radio tiene el deber de producir en el interlocutor imágenes sonoras. La radio quiere abrir los ojos de la mente. Aspira a hacer a los individuos más aptos para otro tipo de visión. Este medio invita a ahondar en el imaginario, en el mundo de la imaginación.
El acto de imaginar, de crear, de soñar, puede significar algo muy valioso en el campo de la discapacidad y la radio resulta un medio propicio para desarrollar estas facultades en las personas. Todo ser humano puede ser creativo en cualquiera de sus aspectos y no está limitado por sus facultades físicas o intelectuales, puesto que de ser constantemente motivado y correctamente estimulado en muy corto plazo se podrán apreciar sus frutos.
La música
La música es otro de los elementos del lenguaje radiofónico. Como fuente creadora de imágenes auditivas, el simbolismo de la música encuentra en la radio su auténtica caja de resonancia, su auténtico ámbito perceptivo. La música posee un gran poder de evocación y una gran capacidad de sugerir.
Según Balsebre, (1994),“la música en la radio es la música radiofónica, valor de uso comunicativo y expresivo específicamente radiofónico”. El mismo autor considera que el lenguaje radiofónico concede a la música radiofónica dos funciones estéticas básicas: la función expresiva, movimiento afectivo que suscita un determinado clima emocional y crea una determinada atmósfera sonora; y la función descriptiva, donde la música describe paisajes, ubica escenas de la acción o lugares donde transcurren los hechos.
La música tiene el poder de convocarnos, de conmovernos, de enojarnos, de enfurecernos, de emocionarnos, de despertar recuerdos y razones” A través del juego sonoro, de la improvisación musical un sujeto puede resignificar su historia o llegar a descubrir posibilidades nunca antes exploradas.
Como queda dicho, la música es un elemento del lenguaje radiofónico que ofrece grandes posibilidades de creación individual y que exige una atención especial. Como medio de expresión y de comunicación favorece el desarrollo emocional, permite la integración y la autorrealización de la persona y colabora con el desarrollo de capacidades inteligibles, propias del código de la radio.
Los efectos sonoros
Los efectos sonoros son indispensables a la hora de trabajar la creatividad y la originalidad en los jóvenes. Suponen la imaginación de situaciones a partir de sonidos que crean climas, escenarios y atmósferas particulares.
Son los responsables de otorgarle al mensaje radiofónico las dimensiones del tiempo y el espacio y, según el autor Ricardo Haye, son, junto con el silencio radiofónico, las dos “cenicientas sonoras de la radio que merecen ser revalorizados por su enorme potencia comunicativa en tanto elementos expresivos, dramáticos y portadores de sentido”.
El silencio radiofónico
Parece paradójico que en un medio basado exclusivamente en el sonido, los silencios sean uno de los cuatro elementos fundamentales del mensaje y uno de los recursos expresivos más importantes con los que cuenta la radio.
Pero el silencio es algo más que un factor no-verbal. No se trata sólo de establecer pausas al hablar sino que puede ser utilizado como un elemento de puntuación o, incluso, como subrayado de determinadas expresiones.
“El silencio radiofónico no es sólo la simple y fortuita ausencia de sonido, sino el tiempo que premeditadamente se concede al oyente para la reflexión.(Merayo Pérez, A, 1992).
El silencio radiofónico puede clasificarse en dos categorías. En primer lugar, el silencio psicolingüístico, que puede ser silencio rápido y silencio lento o de larga duración. El primero, se refiere a ese silencio mental asociado al desarrollo lineal secuencial del material lingüístico que expresamos con la palabra. El segundo, es aquel proceso mental asociado a los procesos semánticos de desciframiento del mensaje, relacionado con los movimientos de organización y categorización.
En segundo lugar, describe el silencio interactivo, el cual se identifica con aquellas pausas en un diálogo, debate o en cualquier otro proceso de interacción verbal comunicativa, unido generalmente a relaciones afectivas, de conocimiento u opinión. Este silencio connota afectivamente a la palabra radiofónica.
Si bien en la radio la materia prima es lo sonoro, el silencio cumple un papel importante a la hora de valorar qué es lo que se escucha y qué es lo que se dice. Además de eliminar ruidos innecesarios que en radio perjudican la interpretación del mensaje, el silencio acentúa el respeto por la palabra del otro y colabora con el arte de saber escuchar.
La radio en la vida de jóvenes con discapacidad
De acuerdo a una investigación realizada, luego de que diversos jóvenes hayan participado durante un año en un taller de radio se les hizo la pregunta ¿Qué fue lo que más te gustó del taller?, las respuestas fueron variadas pero todas contribuirían a verificar lo que supone este artículo: “¡En la radio me puedo comunicar con la gente, me gusta hablar mucho con las personas!”, afirmó un joven;
“¡Lo que más me gusta es trabajar en conjunto, nos aprendemos a conocer mejor!”, sostiene otro.
“Siento que cuando hablo me escuchan, antes parecía que no me prestaban atención”, confiesa uno de ellos.
El tema de la “escucha” fue uno de los más importantes en el trabajo con los jóvenes. Al principio de las actividades no respetaban la opinión de un compañero y se encimaban al hablar. “Quiero que la gente sepa lo que pasa en el país, queremos una Argentina mejor”.
Es decir, estos juicios -junto a otros menos conceptuales pero más descriptivos como: “¡Me gustó cantar!”; ¡Me gustó ir a la radio!”- señalan precisamente lo que se propone; que los talleres de radio son una práctica educativa socio-integradora que favorece las capacidades de comunicación y expresión de los jóvenes y adultos con discapacidad.
Talleres de radio para personas con discapacidad
Este tipo de talleres estimulan las habilidades comunicativas de las personas para que las puedan emplear en su ámbito social y puedan proyectarse como miembros activos de la sociedad. Conocer acerca de las noticias de actualidad, discutirlas en el grupo, debatir e intercambiar opiniones, escuchar al compañero son actitudes que los jóvenes practican en el taller y que podrían aplicar en su vida familiar, con sus amigos y conocidos, para poder asumir un rol protagónico dentro de cada situación comunicativa.
Y desde la comunicación, se elige uno de sus medios: la radio. La elección no es al azar. Si se pretende trabajar con la palabra, con el diálogo, con el debate grupal, ningún otro medio brinda tantas oportunidades como la radio.
Este medio de comunicación exige el desarrollo de ciertas habilidades que colaboran con la integración y el respeto social. Estimula la búsqueda creativa personal en todos sus aspectos, incentiva a los jóvenes para el protagonismo y contribuye al proceso de construcción de su identidad.
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