04 May Descubren la relación entre el TDAH y los problemas de coordinación motriz en los niños.
El estudio desarrollado por investigadores españoles ha demostrado que aproximadamente la mitad de los menores presentan graves problemas de competencia motriz.
EP
Un estudio en el que ha participado el Grupo de Investigación Psicosocial en el Deporte de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha puesto de manifiesto que, al contrario de lo que se podría creer, existe una clara relación entre el trastorno de déficit de atención e hiperactividad ( TDAH) y los problemas de coordinación motriz en los menores.
«Los problemas de atención, hiperactividad, así como conductas impulsividad en la población infantil, son algunos de los principales problemas que preocupan a la sociedad. El TDAH es el diagnóstico que, actualmente, se da con mayor frecuencia entre los trastornos considerados neuropsiquiátricos y/o del neurodesarrollo», ha explicado el investigador principal de este trabajo, Miguel Villa de Gregorio.
El estudio desarrollado en la UPM ha demostrado que aproximadamente la mitad de los niños con TDAH, presentan graves problemas de competencia motriz, definidos en la gran mayoría de los casos, por el denominado trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC).
Para llegar a esta conclusión, los investigadores han revisado la literatura científica desarrollada hasta la fecha que comprende una muestra de más de 1.600 menores de entre 5 y 14 años diagnosticados y constataron que la competencia motriz de los escolares con TDAH era inferior a la de los niños que no padecían esta patología.
A la vista de los datos, los investigadores no dudan en que la baja capacidad motriz y el trastorno por déficit de atención están relacionados, aunque, aseguran es pronto para aventurar si uno es causa de otro o al revés.
«Es evidente que, en base a las conclusiones anteriormente descritas, una de las primeras consecuencias para futuras investigaciones, sea desvelar el porqué de la comorbilidad entre el TDC y el TDAH. Por otra parte, el enfoque práctico de esta línea de investigación, nos lleva a plantearnos si el adecuado trabajo motor, mejoraría la competencia motriz y los procesos atencionales y de activación, de los escolares con ambas patologías y si este tipo de trabajo, podría integrarse en las clases de educación física, a lo largo de toda la etapa escolar», ha apostillado Villa.
Y es que, el desarrollo deficitario de sus capacidades motrices es especialmente importante porque, de no tratarse adecuadamente, puede derivar en otros problemas para los menores. «Los escolares con TDAH, tienen una percepción sobre su competencia motriz, por debajo de sus iguales con desarrollo normal o típico, lo cual les lleva a no tener motivación hacia la práctica de actividad física», ha comentado el experto, para informar de que a ello se suma que los docentes de educación física, perciben a sus pupilos con TDAH, como alumnos con baja competencia motriz, lo cual pudiera condicionar los ambientes de aprendizaje a los que se expone el escolar.
Este cóctel de ingredientes, que configuran el perfil psicosocial de los TDAH, se traduce en una tendencia hacia un estilo de vida sedentario que acrecienta aún más sus dificultades motrices, un aspecto sobre el que los investigadores consideran muy necesario concienciar a la sociedad, muy centrada en las exigencias académicas, pero menos volcada en la importancia de la educación física en los menores.
«Actualmente, la sociedad ejerce cierta presión para que nuestros escolares muestren un rendimiento académico muy alto, descuidando el tiempo libre y, sobre todo, el tiempo para que estos jueguen, se muevan y tengan experiencias sociales y emocionales. En el caso de los niños comórbidos, este escenario es todavía más duro, pues normalmente, el tiempo que necesitan dedicar a tareas eminentemente académicas, suele ser superior a la media y, por tanto, disponen de muy poco tiempo para moverse, participar en actividades deportivas y/o lúdicas, lo que puede llevar a experimentar mayores dificultades en las clases de Educación Física y a que los menores se sientan, en cierto modo, más rechazados», ha enfatizado.
Por ello, para los investigadores es especialmente importante involucrar a los profesores de educación física en el proceso formativo de los menores con TDAH para prevenir y paliar otros problemas: «Es de especial importancia, que los docentes de educación física sean conscientes del problema palpable que hay en sus aulas y de la necesidad de atender a las necesidades educativas de esta parte de los estudiantes y dotarles de planes específicos de actuación que lo hagan posible», ha zanjado Villa.