Creatividad e imaginación para convertir el uso de mascarillas en un juego de niños.

Creatividad e imaginación para convertir el uso de mascarillas en un juego de niños.

Muchos menores tienen miedo porque se sienten inseguros cuando pierden la referencia facial de las personas con las que interactúan.

Carolina Pinedo

La marea de mascarillas para prevenir la covid-19 que ha se ha implantado en nuestras vidas resulta una estampa inquietante para los adultos, al igual que para los niños, que de la noche a la mañana se han visto privados con este uniforme facial de ver las sonrisas y otros gestos faciales que les aportan información imprescindible sobre las personas de su entorno. “Los niños se fijan mucho en la cara, además de en otras características, como el olor o el sonido de la voz. Les ayuda a darse cuenta de quién es la persona con la que están interactuando. Por eso, Las mascarillas pueden dificultar este proceso de comunicación no verbal”, explica Carla Valverde, psicóloga clínica infantojuvenil del Centro de Salud Mental de Alcobendas.

Los niños más pequeños, hasta los tres años de edad, son los que con más probabilidad pueden tener miedo al ver mascarillas en las caras de las personas de su entorno. “Hasta los dos años, es habitual que tengan reacciones de llanto y angustia al tener que quedarse con otras personas diferentes de sus cuidadores habituales, con quienes están familiarizados, debido la extrañeza que les produce estar con alguien diferente. Por ello, puede ser más habitual que los niños hasta los tres años se muestren atemorizados ante el uso de las mascarillas por parte de las personas de su entorno, ya que puede dar lugar a que no les reconozcan, como hasta el momento lo hacían o les confundan con un extraño”, explica Valverde.

Los niños viven la situación excepcional de las mascarillas en las caras de las personas de su entorno para prevenir la infección por coronavirus de manera diferente según la edad que tengan. “A partir de los tres años, ya tienen una imagen interiorizada de sus figuras de apego, como los padres y otros familiares y cierta conciencia de sí mismos, por lo que quizá el temor sea menor. No obstante, hasta los seis o siete años, los niños todavía no diferencian el mundo de la fantasía del real, creen en la existencia de seres sobrenaturales, monstruos, y todo tipo de entidades y situaciones fantásticas. Por este motivo, pueden tender a sobredimensionar noticias alarmistas sobre el contagio o las consecuencias de la pandemia, disparándose su imaginación hacia mundos donde todo es posible”, comenta Valverde.

Cuando el niño asocia las mascarillas con la muerte y la enfermedad

Los pequeños no escapan a la situación sin precedentes de incertidumbre que vivimos con el covid-19. Los niños a partir de siete años son los que más pueden experimentar esa sensación porque a partir de esa edad, “gracias al progresivo desarrollo cognitivo y de las funciones reflexivas, son capaces de diferenciar lo que es real de lo imaginario y, por tanto, tener una imagen más ajustada de la realidad, por lo que, en principio, será menos frecuente la presencia del miedo a las mascarillas. Además, es una etapa en la que los niños suelen preocuparse por la muerte y la posibilidad de que les pase algo o puedan perder a sus padres o familiares más cercanos. Los miedos asociados a las mascarillas pueden estar a esta edad más relacionados a la posibilidad de contagio o enfermedad por parte de sus seres queridos o de sí mismos. A partir de la adolescencia, el razonamiento más complejo, permitirá a los chicos tener una noción más precisa de la situación existente, por lo que no se deben dar, en principio, reacciones ante el uso de las mascarillas”, aclara la psicóloga Carla Valverde.

Cómo ayudar a gestionar al niño el miedo a las mascarillas

Conviene que los niños con miedo a las mascarillas que se utilizan para prevenir infecciones por coronavirus lo confronten y para ayudarles, los adultos pueden “jugar con ellos al cucutras y hacer dibujos en las mascarillas de diversos emoticonos o de máscaras de sus superhéroes favoritos, como Spiderman y Batman, con los que se sientan identificados al implicarles en la lucha por la prevención del contagio del coronavirus. La idea es conseguir incorporar este utensilio como un objeto habitual en nuestra vida. También, se puede jugar a ponerse la mascarilla delante del espejo y hacer mímica con ella o contar cuentos, donde este utensilio se convierta en uno de los objetos protagonistas de la historia. Se trata de conseguir que el niño acepte la mascarilla en su cotidianeidad”, comenta María José Lladó, psicopedagoga del centro Acimut Bienestar.

La creatividad y la imaginación resultan herramientas útiles para convertir el uso de las mascarillas en un juego para los niños, que les sirva para aprender aspectos nuevos sobre la comunicación, como el hecho de que “además de los gestos de la cara, hay otras partes del cuerpo, como brazos, manos o piernas, que nos transmiten información no verbal. Les podemos enseñar a los niños a interpretar señales como que el cuerpo está relajado, los ojos brillan y hay una actitud de cercanía y acogimiento, aunque haya una mascarilla en la cara. No obstante, puede ocurrir que el niño tenga una fobia muy clara a las mascarillas por circunstancias como que tenga una alta sensibilidad o porque haya vivido experiencias previas traumáticas con mascarillas en hospitales. En estos casos, conviene observar al niño para detectar el origen de su fobia y acompañarle para que resuelva poco a poco y sin presión ese miedo irracional que asocia con esa experiencia pasada. En cualquier caso, si no se consigue resolver, se puede consultar con un profesional, porque cada niño tiene su propia sensibilidad y experiencias vitales”, concluye la psicóloga María José Lladó.

GUÍA PRÁCTICA DE USO DE MASCARILLAS

MANUEL ANTONIO FERNÁNDEZ (EL NEUROPEDIATRA)

¿No te parece una locura lo que se ha organizado con la salida de casa de los niños durante la cuarentena? La mayoría de los padres no tienen claro qué hacer ni cómo hacerlo. Aún así, un aspecto fundamental es estar al día con el tema de las mascarillas para niños contra la covid-19 y en este artículo vamos a contarte lo que necesitas saber.

¿Es obligatorio que los niños lleven mascarilla? ¿De verdad te importa la norma o la protección máxima de tu hijo?

Lo mejor es que no te hagas esa pregunta. Entre otras cosas porque no debe importarte mucho la obligatoriedad, sino la protección de tu hijo ,

Con esto lo que te quiero dar a entender es que no hace falta que sea obligatorio llevar mascarilla para que se la pongas. Ten en cuenta que ninguno de nosotros queremos que nuestro hijo se infecte por coronavirus.

Por otro lado, también debes tener en cuenta que la necesidad de llevar o no mascarilla va a depender mucho, aunque no sea obligatoria, de dónde lleves a tu hijo y quien haya alrededor.

  • Evidentemente, si llevas a tu hijo a hacer la compra al supermercado, cuanta más precaución mejor.

  • Por el contrario, si vives en el campo y vas a sacar a tu hijo a un prado junto a tu casa donde no hay nadie más, casi que le va sobrando la mascarilla.

  • ¿Qué tipo de mascarilla para niños debe usar mi hijo? ¿Cómo se la pongo? ¿Y si tiene gafas? ¿Qué prefieres, que no se infecten o que no contagien a otros? Todas las mascarillas no sirven para todo.

    • Un ejemplo muy sencillo lo tenemos con las famosas mascarillas quirúrgicas, que son las que casi todo el mundo usa. Algo hace para evitar que te contagies porque si alguien estornuda cerca de ti, suponen una cierta barrera mecánica, pero realmente no es un filtro anticoronavirus. Las mascarillas quirúrgicas sirven principalmente para que el que las lleva no contagie a otros.

    • Si queremos tener un nivel alto de protección frente al contagio de otra persona, debemos usar mascarillas con filtros especiales, las famosas FFP2 o FFP3, que son las realmente recomendadas para personal sanitario y que tanto están dando que hablar. Si yo tuviera que sentarme delante de alguien con coronavirus o sospecha del mismo, solo me pondría una de estas además de la pantalla y no me arriesgaría a usar una simple mascarilla quirúrgica.

    • A la hora de la colocación, tenemos otro quebradero de cabeza.

      ¿Nadie se ha parado a pensar que todos los niños no tienen el mismo tamaño? ¿Quién cree que es sencillo que un niño de tres años se deje poner una mascarilla? Desde luego, mi hijo de siete meses no se la va a dejar colocada

      Las mascarillas quirúrgicas se enganchan en las orejas, pero las FFP2 y FFP3, suelen tener una consistencia más rígida y se adaptan a la zona de la boca y la nariz con una tiras para la parte posterior de la cabeza. Esto complica aún más la situación para ajustarlas si no tienes una de talla infantil que le sirva a tu hijo

      Y casi es misión imposible cuando tu hijo tiene gafas. ¿Te has puesto mascarilla con gafas alguna vez? Yo llevo toda la vida con gafas y estar en quirófano o paritorios con mascarilla siempre me ha supuesto estar con los cristales empañados. No es fácil.

      Hay que colocar la mascarilla, ajustarla bien y colocar encima las gafas dejando un pequeño espacio de separación con la cara para que no se condense el aire caliente que expulsamos. Hay que cogerle el truco y si tenemos en cuenta que los niños no paran de moverse, se complica aún más.

    • ¿Qué otras medidas de prevención debo tener en cuenta? ¿Cuantas partes del cuerpo de tu hijo necesitas proteger?

      • Por supuesto debes recordar que la mascarilla solo es una parte de las medidas de protección. A lo mejor no es la más importante, pero es una gran ayuda.
      • La otra parte fundamental son las manos; así que no dejes de usar guantes de protección y gel hidroalcohólico.
      • Con estas dos medidas más la distancia de protección, debería ser suficiente para no tener problemas siempre que las cuides al máximo y consigas que tu hijo también lo haga.

https://elpais.com/elpais/2020/04/28/mamas_papas/1588056448_459484.html