11 Sep El estrés y el cansancio hacen que ignoremos las señales gratificantes de nuestra vida.
S. F. – MADRID
Estar estresado, cansado o, de alguna otra manera, tener limitada la capacidad cerebral hace más difícil ignorar las señales de alrededor que resultan gratificantes, según ha demostrado un experimento de la Universidad New South Wales de Sydney (Australia), publicado en la revista «Psychological Science».
Este experimento ha demostrado, por primera vez, que ignorar estas señales se hizo más difícil tan pronto como los participantes tuvieron que realizar una tarea y al mismo tiempo mantener otra información en su memoria. «Tenemos un conjunto de recursos de control que nos guían y nos ayudan a suprimir estas señales no deseadas de recompensa. Pero cuando se gravan esos recursos es cada vez más difícil ignorarlos», explican los investigadores.
Hasta ahora, se desconocía si la incapacidad general de la gente para ignorar las señales de recompensa es algo sobre lo que no se tiene control o si se utilizan los procesos de control ejecutivo para trabajar constantemente contra las distracciones. El control ejecutivo es un término para todos los procesos cognitivos que permite prestar atención, organizar la vida, concentrarse y regular las emociones.
Señales no deseadas
«Ahora que tenemos pruebas de que los procesos de control ejecutivo están desempeñando un papel importante en la supresión de la atención hacia señales no deseadas de recompensa, podemos empezar a considerar la posibilidad de fortalecer el control ejecutivo como una posible vía de tratamiento para situaciones como la adicción», aseguran estos científicos.
En el experimento, los participantes observaron una pantalla que contenía varias formas, incluyendo un círculo de colores. Se les dijo que podrían ganar dinero si lograban localizar y mirar la forma del diamante, pero que si miraban el círculo de colores (el distractor) no recibirían el dinero.
También se les dijo que la presencia de un círculo azul significaba que ganarían una mayor cantidad de dinero (si completan la tarea del diamante) que la presencia de un círculo naranja. Después, los científicos utilizaron el rastreo ocular para medir en qué parte de la pantalla miraban los participantes. Para manipular la capacidad de los participantes de controlar sus recursos de atención, les pidieron que realizaran esta tarea en condiciones de alta y baja carga de memoria.
En la versión de alta carga de memoria del experimento, se les pidió que memorizaran una secuencia de números además de localizar el diamante, lo que significa que tenían menos recursos de atención disponibles para concentrarse en la tarea del diamante. Para los participantes, resultó realmente difícil evitar mirar las pistas que representaban el nivel de recompensa (los círculos de colores), a pesar de que se les pagaba para que trataran de ignorarlas.
«Crucialmente, los círculos se volvieron más difíciles de ignorar cuando se le pidió a la gente que memorizara también los números: bajo una gran carga de memoria, los participantes miraban el círculo de colores asociado con la alta recompensa alrededor del 50 por ciento del tiempo, a pesar de que esto era totalmente contraproducente», indican los responsables del trabajo.
Mejorar comportamiento
Los hallazgos demuestran que las personas necesitan tener acceso total a los procesos de control cognitivo para tratar de suprimir las señales no deseadas de recompensa en el entorno. «Esto es especialmente relevante en circunstancias en las que la gente está tratando de ignorar las señales y mejorar su comportamiento, por ejemplo, consumiendo menos alcohol o comida rápida. Hay un fuerte vínculo conocido entre dónde está tu atención y lo que finalmente haces, así que si te resulta difícil enfocar tu atención lejos de las señales de recompensa, es aún más difícil actuar en consecuencia», concluyen.
Asimismo, indican que esto también explica por qué a las personas les puede resultar más difícil concentrarse en la dieta o en vencer una adicción si están bajo mucho estrés. «La preocupación constante o el estrés es el equivalente al escenario de carga de alta memoria de nuestro experimento, que impacta en la capacidad de las personas para utilizar sus recursos de control ejecutivo de una manera que les ayuda a manejar señales no deseadas en el entorno», determinan.