HAY QUE SEMBRAR PARA COSECHAR

HAY QUE SEMBRAR PARA COSECHAR

Autor: Ana Isabel Esteban.
Presidenta de Solidaridad Intergeneracional

Distintos organismos institucionales y otras entidades de diferentes ámbitos nos van recordando con cierta frecuencia, cuan envejecida está la sociedad española, europea e incluso mundial. Las proyecciones lo confirman, y en poco más de una década habrá en el mundo 1.000 millones de personas de más de 60 años y en el 2050, esta cifra se habrá doblado, alcanzando los 2.000 millones, que se dice pronto. En España, por aquello de ver el meollo de la cuestión más cerca, en 2013 las personas mayores de 65 años representan el 17,4% de la población (8 millones) y en 2050 llegaremos al 32%. Sólo recordar que si la tasa de envejecimiento supera el 10%, ya se considera un país envejecido. Y ¿Cuál es problema?, haber logrado incrementar la esperanza media de vida en un solo siglo (el XX) en más de 34 años, y lo que seguirá ampliándose, ya que cada 4 años, en países como el nuestro, se incrementa u- no más. En España contamos con más de 10.449 centenarios, y con más de 2,4 millones de personas con más de 80 años. Es un logro social envejecer, y nos tenemos que sentir orgullosos de haberlo conseguido y de seguir ampliándolo.
Entonces ¿cuál es el problema? Existen distintas versiones de los problemas, que a veces se contradicen y otras se complementan. El hecho de contar con una demografía como la actual, que inició el cambio con la llegada de la democracia y la libertad del uso de métodos anticonceptivos, modificó a la baja las tasas de natalidad ( y también las de mortalidad infantil) que actualmente se siguen manteniendo. Por otro lado acababa de terminar la etapa del baby-boom (1958-1977) que se caracterizó por un incremento de la natalidad. 650.000 nacimientos anuales, frente a la mitad de nacimientos después de esa etapa. Esta generación tan abultada, en la que nos encontramos muchos de nosotros, ha tenido que ir abriendo nuevas escuelas primarias, secundarias, institutos, universidades; crear nuevos centros de salud, hospitales, etcétera. En fin cuando la población crece, hay que generar nuevos servicios y eso se ha hecho. También sufrió en los años 90 tasas de des- empleo muy altas, por la misma razón expuesta. La mayoría de esta generación está trabajando en la actualidad, pero en un década, comenzará a jubilarse, y tiene derecho, porque por ello ha cotizado a una pensión que les permita vivir con dignidad.
El sistema de pensiones abona a sus beneficiarios las cuantías que correspondan mensualmente, pero estos fondos que distribuye los aportan los trabajadores activos actuales. Es decir un trabajador en activo, aporta a la seguridad social una cuantía mensual, en función de su régimen, pero ese dinero no lo reservan para cuando llegue a la vejez, sino que se les da a los pensionistas actuales. Por lo tanto, si las generaciones jóvenes y los niños han sido escasas en estos últimos 30 años, habrá menos trabajadores en activo para poder mantener el sistema tal y como lo conocemos. Estoy convencida que veremos pronto otra reforma de la pensiones, y además no será la última que sufriremos antes de cumplir los 67 años.
Por lo tanto el sostenimiento del sistema de las pensiones, es un tema que preocupa y nos van asustando para que aceptemos los cambios con mayor moderación.
Además del problema económico existe otro, de gran calado y preocupación, como es el gasto sanitario. Se sabe, porque hacen muchos estudios, que en los últimos años de la vida es cuando ocasionamos mayor gasto sanitario. Esto aunque es así hasta la fecha, y en base al conocimiento científico adquirido se está modificando a través de la mayor divulgación del llamado envejecimiento activo.
Se trata de envejecer saludablemente, de forma activa y así lograr disminuir la necesidad de atención sanitaria, que conllevará un ahorro presupuestario importante ya que la vejez es la que mayor consumo tiene de este servicio, y también del sistema de atención a la dependencia. Pues bien hay que sembrar a tiempo, para cosechar. Cuanto antes comencemos a cuidarnos, mejor cosecha tendremos. Porque se trata de vivir, de vivir con calidad, con ilusión, con proyectos que realizar, con metas que alcanzar, llenando los años de vida. Hay que visitar al médico, lo justo, cuanto me nos mejor.
Somos lo que pensamos y seguir enseñando y aprendiendo a lo largo de la vida es fundamental para mantener la mente fuerte y sana y compartirlo con los demás. Somos lo que comemos. Hay que comer poco pero de buena calidad que nos ayudará a evitar el sobrepeso, la hipertensión, diabetes… No fumar y beber vino tinto con moderación. Así ayudaremos al hipotálamo a no inflamarse y estaremos más jóvenes.
Somos nuestra propia imagen, que nos representa, y hemos de cuidarla. Hay que hacer ejercicio cada día. Cada una de nuestras arrugas tiene una historia a la que no hay que renunciar. La belleza en la vejez es nuestra mejor obra de arte.
Siembra, aunque sea un poco tarde… y cosecharas.