Falta perspectiva de género en las noticias sobre salud

Falta perspectiva de género en las noticias sobre salud

El Informe Quiral 2018 recomienda que los problemas de salud de la mujer sean verdaderamente visibles en la agenda mediática.

ROSA MATAS – BARCELONA

El ‘Informe Quiral 2018: Mujer, salud y comunicación’, que ha estudiado las informaciones de salud y medicina publicadas en los medios convencionales y las redes sociales, concluye que solo el 20,08% de las piezas analizadas informan con perspectiva de género.

Elaborado por el Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la UPF, en colaboración con la Fundación Vila Casas, el estudio no ha detectado casos individuales de sexismo extremo en los medios, pero sí una suma demasiado abundante de olvidos (de datos y temas, de mujeres como fuentes expertas), y de usos poco recomendables del lenguaje o de las imágenes.

La directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad, de la Universidad Pompeu Fabra y directora del Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental de la BSM, la escuela de management de la UPF, Gema Revuelta, coordinadora del estudio, asegura que en comparación con lo que sucedía hace 20 años, los medios de comunicación han tenido en 2018 una mayor perspectiva de género a la hora de cubrir los temas de salud, pero siguen detectándose déficits en la comunicación.

Una de las recomendaciones del informe es establecer medidas para que los problemas de salud de la mujer sean verdaderamente visibles en la agenda mediática. “Cada vez que se hable de una enfermedad o un problema de salud, la persona que vaya a comunicarlo debería cuestionarse: ¿son diferentes los datos de esta enfermedad o de su tratamiento en hombres y mujeres? Si las diferencias son importantes, conviene explicarlas públicamente, no solo por dar visibilidad, sino para que el conocimiento de la ciudadanía sea más completo y mejor”, apunta Gema Revuelta.

Esforzarse para que el lenguaje y las imágenes dejen de reproducir estereotipos sexistas en los que la mujer es representada según roles sociales arquetipados, agravando aún más el efecto del género en la salud, es otro de los consejos.

También conviene, recalca Revuelta, garantizar que los referentes expertos en materia de investigación, asistencia y política sanitaria sean más acordes con una realidad de una profesión cada vez más feminizada.

“Esta medida a veces no es sencilla, puesto que los puestos directivos están aún ocupados en porcentajes muy altos por hombres. Sin embargo, a menudo quien sabe más de un tema no es el jefe del departamento sino la persona que ha llevado la investigación o ha coordinado el proyecto o la iniciativa que se está explicando. Aquí sí que la proporción de mujeres aumenta considerablemente, por lo que deberían ser consultadas como fuentes expertas, independientemente de su rango jerárquico”, señala.

“En las 239 piezas periodísticas que constituyen la muestra de una parte del análisis se han citado 295 fuentes de información. De estas, 190 son hombres (64.41%) y 105 mujeres (35.59%). De los 190 hombres citados, 172 son voces expertas o de autoridad (90.52%). De las 105 mujeres, son 85 las voces expertas (80.95%). Por tanto, queda aún mucho por hacer”, argumenta.

En el lenguaje y la utilización de las imágenes el informe detecta dos tipos principales de sesgos de género: el uso exclusivo de la voz masculina para referirse al conjunto de la población sin que se aprecie ningún esfuerzo por utilizar expresiones más inclusivas y el lenguaje explícitamente sexista, en el que se incluyen palabras o expresiones peyorativas hacia la población femenina.

Revuelta cita como ejemplo de visión peyorativa el caso de un programa de radio sobre los analgésicos en el que el experto entrevistado dice “hoy en los hospitales las mujeres entran pidiendo que les pongan la epidural, cuando el parto ha ido siempre asociado al dolor de las contracciones, también llamadas dolores del parto“. Este tipo de comentarios acerca de la mujer fomenta la idea de que son débiles y no pueden “soportar” el dolor.

Según el informe, el análisis de los casos dolor crónico, salud cardiovascular y salud sexual y reproductiva pone de relieve que aún se da poca cobertura periodística a las cuestiones de género que son determinantes en la presentación, diagnóstico, tratamiento y pronóstico de las cuestiones de salud enmarcadas en estos ámbitos, en los cuales es claro el papel del género.

Revuelta añade que las consultas que se hacen en Google desde ordenadores ubicados en cualquier parte del territorio español (y que, por tanto, responden en su mayoría a un público no experto) muestran que la necesidad informativa por las cuestiones de salud, en relación al género, no siempre se corresponde con lo que se informa desde los medios.

Como ejemplo señala que los temas de fertilidad/infertilidad a menudo son cubiertos en los medios de comunicación cuando afectan a los hombres al tratar la impotencia, la movilidad y calidad de los espermatozoides, mientras que en las búsquedas de información son más los términos asociados a la fertilidad femenina que a la masculina.

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