01 Mar Casi un millón de personas atendidas por Cruz Roja tiene que elegir entre comer bien o calentar su casa
El 65% de los 1,7 millones de personas atendidas por la organización tiene problemas para afrontar los gastos de la vivienda, según un informe.
MARÍA SOSA TROYA – MADRID
Casi un millón de personas atendidas por Cruz Roja Española se ven obligadas a elegir entre pagar gastos básicos, como los alimentos, medicinas o material escolar, o calentar su hogar. Suponen el 58,8% de los 1.700.000 asistidos por la organización a través de programas sociales, según el boletín sobre vulnerabilidad social presentado este miércoles. El análisis está centrado en vivienda y pobreza energética y ha sido elaborado a partir de una encuesta a 849 personas. El 65% tiene dificultades para afrontar los gastos en la vivienda (hipoteca o alquiler, suministros, comunidad, seguros, impuestos municipales…) y el 83% se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, una tasa tres veces más alta que en la población en general.
«Mi casa era del banco y yo pagaba el alquiler. Pero lo vendió a una financiera, que nos echó», explica María Agustina de mediana edad en un vídeo elaborado por la organización. «Un chico me dejó un piso del banco, que está en malas condiciones, pero tengo un techo», dice. Y añade: «Tengo que arreglarlo, pero no puedo meterme en arreglos. Ahora mismo no tengo butano, no tengo gas». Más del 90% de las personas atendidas por Cruz Roja sufre problemas en su vivienda; al 46,3% le falta calefacción; el 29,8% tiene dificultades de aislamiento; el 29,8%, goteras y humedades.
«La mitad de la gente que atendemos debe hacer elecciones lamentables. Tiene que elegir entre pagar el alquiler o suministros. No es que no se alimenten, es que se alimentan peor. Es gente que detrae de medicinas, de alimentos de más calidad, de dentistas, de actividades extraescolares o equipamiento de los niños en las escuelas… y los menores entran al colegio en un nivel muy desigual», ha explicado el coordinador general de Cruz Roja Española, Antoni Bruel i Carreras.
«Hay días que te desmoronas, no tienes ni ganas de vivir. Están entrando en mi casa 430 euros. Paga agua, paga luz, paga gas… ¿de dónde?», se queja María Isabel, usuaria de la organización, en el vídeo. La mayoría de los atendidos son mujeres (un 68%) y casi en la mitad de los hogares viven niños menores de 16 años. La amplia mayoría de ellos (93,3%) está en situación de pobreza infantil. «Esto significa, para una familia de cuatro miembros, que cuentan con menos de 1.490 euros al mes», ha precisado Bruel. La organización apunta a la importante presencia de las familias monoparentales (14,4%) y numerosas (15,3%). La mayoría de los atendidos, un 70%, son españoles. «Hace unos años el porcentaje podía ser del 75%», ha añadido el coordinador general de la ONG.
«El 62% tiene estudios medios o altos, solo carece de ellos el 38%», ha indicado Bruel. La organización alerta del elevado número de trabajadores pobres. «Respecto a anteriores boletines hemos visto una pequeña mejora en el empleo, pero una mayor precariedad e incremento de la economía sumergida», ha continuado. «Al principio de la crisis, un 74% de la población en edad laboral estaba en paro. El porcentaje ha bajado hasta el 57,6%. En aquel momento la gente no tenía ni para comer. Ahora el 19,5% del millón de personas en edad de trabajar tiene empleos parciales o precarios. De ellas, el 89% no llega a superar el umbral de pobreza», ha dicho. Son 296.000 personas.
«Mi hija y yo trabajamos, podemos pagar más o menos el alquiler. Mi hijo también me ayuda a veces con los gastos. Recibo alimentos de Cruz Roja», cuenta Nancy. «En invierno no me atrevo a encender la caldera porque se me dispara la factura. Tenemos un calefactor con el que nos abrigamos. Cuando está el niño, al salir del colegio, le ponemos calefacción, porque tiene 10 años y estudia», cuenta.
El 56,2% de los atendidos sufre consecuencias en la salud derivadas de problemas de viviendas. «Se enferman a veces los pulmones. En casa a veces el niño tiene tos, y una también, pero tomamos medicinas y nos abrigamos bien. La casa se siente fría, pero tratamos de mantener siempre calentito el salón», dice Nancy.
«Únicamente el 19,7% de los atendidos utiliza el bono social, el 54,7% lo desconoce. Solo el 3,5%, la tarifa regulada y el 90,4% no sabe lo que es. Aquí hay margen de mejora. Hay que abundar en que las personas disfruten de los derechos que tienen», ha señalado Bruel. «Puede mejorar la vida de mucha gente».
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