Una dieta baja en calorías podría retrasar el envejecimiento

Una dieta baja en calorías podría retrasar el envejecimiento

Un nuevo estudio demuestra que la restricción calórica hace más eficiente el metabolismo y mejora marcadores de envejecimiento.

ELSA VELASCO

Seguir una dieta con un 15% menos de calorías de lo habitual durante dos años hace más eficiente el metabolismo y mejora marcadores asociados con el envejecimiento. Así lo concluye uno de los primeros ensayos rigurosos en personas sobre este tipo de dieta, conocida como restricción calórica, realizado en el Centro de Investigación Biomédica de Pennington (Estados Unidos) y publicado hoy en la revista Cell Metabolism .

La restricción calórica se basa en una teoría del envejecimiento que sostiene que aquellos individuos que consumen menos energía –porque la utilizan de forma más eficiente– viven más tiempo. Unos de los principales culpables del envejecimiento, según esta teoría, son las mitocondrias, los componentes de las células que producen energía a partir de los nutrientes. Aunque son reactores altamente eficientes, tienen pequeñas fugas: los radicales libres, que pueden oxidar y dañar moléculas de las células, como el ADN.

Cuanto más combustible tienen que quemar las mitocondrias, más radicales libres generan. Los daños que causan, acumulados al largo del tiempo, son los que terminan provocando que el cuerpo se deteriore con el paso de los años, es decir, que envejezca.

Dieta

La restricción calórica se basa en una teoría del envejecimiento que sostiene que aquellos individuos que consumen menos energía viven más tiempo

Pero si las mitocondrias se adaptasen para producir menos energía, sin excesos, las fugas de radicales libres se reducirían. Las células recibirían menos daños y, teóricamente, se retrasaría el envejecimiento. Una forma de lograr esta adaptación es una dieta de restricción calórica.

Varios ensayos en roedores y en primates han demostrado que, cuando los animales ingieren menos calorías de las que consumirían por voluntad propia durante la mayor parte de sus vidas, viven más años. Alrededor de un 30% más en el caso de las ratas, un 15% en ratones y un 10% en macacos Rhesus.

Las fugas de radicales libres de las mitocondrias oxidan y dañan las moléculas de las células, lo que fomenta el envejecimiento

En personas todavía no se conoce cómo puede influir en el envejecimiento seguir una restricción calórica a largo plazo. Sin embargo, el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos inició en 2006 el primer programa de ensayos aleatorizados de restricción calórica a corto plazo en personas sanas.

El segundo de los ensayos terminó en 2013. De un total de 218 participantes, aproximadamente la mitad se sometieron a una dieta en la que, durante dos años, debían ingerir un 25% menos de las calorías que consumían normalmente –una cifra que el personal médico calculó de forma personalizada para cada participante–. Los voluntarios recibieron pautas sobre qué tamaño debían tener sus raciones, y sobre qué tipos de alimentos priorizar –por ejemplo, los vegetales–. Para evitar la desnutrición, también se les recetaron suplementos vitamínicos.

En personas todavía no se conoce cómo puede influir en el envejecimiento seguir una restricción calórica a largo plazo

Los resultados fueron menos positivos de lo que se esperaba. Los participantes que siguieron la dieta pasaron a consumir menos energía durante el primer año, según midieron los investigadores, pero el segundo año consumieron la misma energía que los que comían de forma normal, lo que daba a entender que su metabolismo no había logrado adaptarse y volverse eficiente a largo plazo. No obstante, la dieta mejoró varios marcadores del envejecimiento.

Ahora, los investigadores del Centro de Investigación Biomédica de Pennington, uno de los centros que participó en el ensayo, ha analizado los datos de un subgrupo de 53 voluntarios a los que realizaron pruebas más exhaustivas.

Los 34 participantes que siguieron la dieta de restricción calórica lograron recortar las calorías que ingerían en un 15% respecto al grupo control. Aunque no era el objetivo de la dieta, y ninguno de ellos estaba obeso, a lo largo de los dos años perdieron de media unos 9 kilos.

Los 34 participantes que siguieron la dieta de restricción calórica lograron recortar las calorías que ingerían en un 15% respecto al grupo control

Para medir el gasto de energía de una forma más rigurosa, los investigadores confinaron cada uno de los voluntarios en una cámara cerrada durante 24 horas, tres veces: al inicio del estudio, a la mitad (tras el primer año), y al final (tras el segundo año). Eso les permitió determinar la energía que consumieron mientras dormían, la medida más fiable del metabolismo, según señala por correo electrónico Leanne Redman, autora principal de la investigación. En este caso, los participantes que siguieron la dieta consumieron un 7% menos de energía durante el sueño que los que no la siguieron tanto el primero como el segundo año. Eso demuestra que su metabolismo se adaptó a la restricción de energía.

La restricción calórica también redujo marcadores asociados al envejecimiento como las hormonas que produce la glándula tiroides o la oxidación de moléculas como el ADN.

Por otra parte, no indujo ninguno de los efectos adversos que se pueden dar en casos de malnutrición, como anemia, pérdida de masa ósea, retrasos de la regla ni trastornos de ánimo. De hecho, el estado de ánimo de los pacientes que seguían la dieta mejoró respecto a los que seguían comiendo como siempre.

La restricción calórica no produjo efectos adversos

Aunque los voluntarios que siguieron la restricción calórica perdieron masa muscular –unos 3 de los 9 kilos que adelgazaron–, no se sintieron débiles ni cansados por la dieta y mantuvieron inalterados sus hábitos de actividad física, remarca Redman, que es investigadora del Centro de Investigación Biomédica de Pennington.

Leanne Redman defiende que seguir una dieta de restricción calórica es saludable y puede alargar la vida. “Si extrapolamos datos de animales, empezar una restricción calórica del 25% a los 65 años podría extender la vida tres meses. Sin embargo, empezar en la juventud, a los 25 años, podría extenderla siete años”, afirma. “Es importante centrarse en tener una dieta sana y equilibrada que reduzca las calorías totales, es decir, el tamaño de las raciones, pero que no elimine ningún grupo de alimentos”, subraya.

Según informa Redman, en una primera fase del estudio, en la que los voluntarios siguieron la dieta durante seis meses, la restricción calórica mejoró los marcadores del envejecimiento incluso más que la práctica de ejercicio físico.

Los investigadores advierten, no obstante, que los efectos de la restricción calórica a largo plazo siguen sin estar demostrados, y que el subgrupo que han analizado con mayor rigor representa una muestra muy pequeña. En el futuro, “querríamos realizar un seguimiento de las personas que participaron en el estudio”, explica Redman. “También nos gustaría llevar a cabo un estudio en el que los participantes empezasen la dieta de restricción calórica en la juventud y la siguieran toda su vida. Esa será la única forma de responder definitivamente a la pregunta de si la restricción calórica extiende la vida y mejora la salud en las personas”, concluye la investigadora.

www.lavanguardia.com/ciencia/cuerpo-humano/20180322/441827304532/dieta-restriccion-calorica-envejeci