Las empresas acaparan los cuidados de los mayores

Las empresas acaparan los cuidados de los mayores

La oferta privada cuenta con personal cualificado tanto por horas como interno.

MARÍA JESÚS FUENTE – VIGO

La escasez de servicios públicos para atender a las personas mayores y su creciente demanda ha provocado la aparición de numerosas empresas, la mayoría de pequeño tamaño, especializadas en este sector de población. No solo eso, sino que los tablones de anuncios de organizaciones sociales y supermercados están repletos de avisos de personas que a título particular se ofrecen para cuidar a los mayores que viven solos o que por cualquier otra circunstancia requieren de ayuda.

Una de las primeras empresas que supieron anticiparse a los cambios sociales que se avecinaban fue la viguesa Enteca. Desde hace trece años ofrece servicios para hacer más llevadera la vida de los mayores. Desde entonces sus responsables advierten un gran aumento de la demanda. «Hacemos acompañamiento a citas médicas, porque a veces no se enteran bien de lo que les dicen, y vamos a hospitales. Muchas veces están ingresados y las familias no tienen tiempo para acompañarles todo lo que quisieran», explica Yolanda Alonso, una de las trabajadoras. También acuden a los domicilios para ayudar en el aseo personal, a darles la comida o a meterlos en la cama. «Lo que más nos demandan es que vayamos por la mañana a asearlos y a acostarlos», indica la empleada.

Lo habitual es que la familia contrate por horas. La empresa facilita el presupuesto en función del tiempo. Lógicamente cuanto más tiempo, más económico.

«Tenemos una selección de gente a la que se le han hecho entrevistas, están en plantilla y son de plena confianza. Al margen de esta, en caso de que sea necesario, se acude a otro personal auxiliar. No contratamos a nadie que no sea auxiliar de enfermería, que cuente con el certificado de profesionalidad o que tenga cursos de ayuda a domicilio», advierte Alonso.

Además del servicio a domicilio, Enteca cuenta con una vivienda comunitaria en la que residen siete personas. Se trata de una especie de minirresidencia, en la que los usuarios se sienten como en su casa, con el añadido de una atención personalizada.

Otra empresa líder en atención domiciliaria es Cuidum. Para solicitar un profesional en Vigo no hay más que entrar en la web www.cuidum.com. En la sección familias se introducen los datos de contacto y un consultor asesorará sobre la mejor solución en cada caso.

«El cuidado domiciliario está tomando una gran relevancia sobre la alternativa clásica de la institucionalización. Las familias prefieren que sus mayores permanezcan cerca de los suyos. Además, quedar en el entorno ayuda a retrasar ciertas patologías crónicas que se verían agravadas si desubicáramos a las personas que las padecen», comenta el director de márketing, Néstor Doblado.

La atención que ofrece puede ir desde una hora al día hasta servicio interno. Cocina, paseos, compras, aseo personal, control de la medicación… son algunas de las tareas demandadas. «A las personas les preocupa que tengan experiencia demostrable y buenas referencias. Aparte de la formación , primamos que la experiencia de las cuidadoras coincida con la patología del mayor que van a cuidar. En la actualidad existe en el mercado más demanda de cuidado domiciliario que oferta cualificada», apunta.

«Me encanta este trabajo, con un poco de esfuerzo puedo salir adelante»

Encontró el trabajo gracias a la ayuda de Cáritas Diocesana de Tui-Vigo, que sabía de su responsabilidad y confiaba en él. Baba Mahamame, natural de Senegal, cuida en la actualidad a un señor de 84 años. «Vivo con él porque le operaron de la cadera y su hijo no está, trabaja en Alemania», explica. Le baña, prepara el desayuno, le lleva de paseo, pone la mesa… De la comida se libra, porque va una señora a hacerla. No es la primera vez que Baba se encarga de cuidar a una persona. Con anterioridad lo hizo con niños en el Hospital Cunqueiro y en Povisa. «Dormía allí por las noches», indica. «Llevo en Vigo desde el 2009 y empecé aquí a cuidar a gente mayor. Me encanta este trabajo, con un poco de esfuerzo puedo salir adelante. No hay mucha gente que lo haga», comenta. Tiene intención de formarse para sacar un título que le permita también trabajar en centros públicos.

Las academias incluyen en sus programas cursos de auxiliar de geriatría y gerontología ante la gran demanda

La demanda de personal cualificado, tanto para atención domiciliaria de mayores como en residencias, ha propiciado la proliferación de cursos en academias enfocados a la búsqueda de una salida laboral. Es el caso del centro de formación Fomento Profesional. «Contamos con una formación preparatoria para obtener el certificado de profesionalidad, preparamos para el examen por libre», comenta Félix, tutor de la delegación de Vigo.

Además de formar para lograr el certificado profesional de atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales y domicilios, también prepara a los alumnos para la prueba libre del grado medio de personas dependientes, lo que les convierte en técnicos en atención a personas en situación de dependencia. El tutor destaca la gran demanda que están teniendo estas especialidades, sobre todo la primera de ellas.

El certificado de profesionalidad permite trabajar en cualquier tipo de residencia, tanto pública como privada. Lo expide el Ministerio de Trabajo por tres vías distintas. A través de la vida laboral, es decir, la experiencia; mediante la formación en un centro homologado, y por la vía libre pasando una prueba en un instituto tras haber obtenido formación en un centro o academia. En torno a un diez por ciento del total de los matriculados en Fomento Profesional eligen estas enseñanzas enfocadas a personas mayores o con dependencias. «Muchos alumnos ya han tenido contacto con este mundo y lo quieren convertir en su puesto de trabajo obteniendo el certificado», añade el tutor.

En la academia ImásD Forma advierten igualmente un crecimiento de la demanda de los cursos destinados a la atención de los mayores. Entre su oferta figuran los de auxiliar de geriatría y animación. Los primeros están más enfocados a la atención domiciliaria y residencial y los segundos, a centros de día. El perfil de las personas que se matriculan en el centro es más bien el de mujeres de unos 40 años, aunque también acuden hombres. «Se les enseñan cuestiones de todo tipo. Desde cómo tratar a la gente mayor, a las enfermedades más habituales que tienen, anatomía, el tipo de alimentos que deben comer, síndromes, demencias…», explica Fabiola Pérez, de administración. Detecta que suelen encontrar pronto trabajo al haber ahora muchos centros de día y geriátricos, además de la posibilidad de la ayuda domiciliaria. Los cursos suelen durar ocho meses, de los que seis son de teoría y dos de prácticas en una residencia.

www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/vigo/2018/01/25/crece-oferta-privada-mayores/0003_201801V25C3992.