03 Mar La Junta de Andalucía tarda dos meses en atender a una discapacitada en peligro con orden judicial de ingreso urgente
Esta semana le han concedido por fin plaza en una residencia a Flores Sánchez, aquejada de la enfermedad de Huntington
SILVIA MORENO – SEVILLA
La Junta ha tardado dos meses en atender a Flores Sánchez, la discapacitada de 35 años de Málaga, que contaba desde el pasado mes de noviembre con una orden judicial para que fuera internada de forma «urgente» en una residencia, ante el agravamiento de la enfermedad de Huntington que padece, un mal degenerativo neurológico que va progresivamente eliminando las capacidades del que la sufre.
Flores sufre alucinaciones y vive prácticamente recluida en su habitación, de la que no quiere salir y en la que recibe con agresiones, insultos y amenazas de suicidio a sus padres cuando alguien quiere darle de comer, por ejemplo. Sus padres, Antonio y Encarnación, están desesperados viviendo un auténtico calvario. Como viene informando EL MUNDO, en 2009, Flores fue declarada incapaz y presenta una discapacidad del 91% según los informes de Salud de la Junta.
Aunque un juez de Málaga ordenó el pasado noviembre el ingreso «urgente» de la enferma, la Junta ha venido incumpliendo la orden, alegando que no tiene medios para atender a todos los discapacitados que precisan de una plaza en un centro de internamiento.
Sin embargo, hace un par de días, la familia recibió una llamada de la Administración andaluza para comunicarles que ya tenían plaza en una residencia de la Fundación Promi en la localidad cordobesa de Villanueva de Córdoba. «Ya está todo arreglado», respira aliviado, al otro lado del teléfono Antonio Sánchez, el padre de Flores. Aunque parece que el ingreso en el centro es inminente y ya sólo están a la espera de recibir la resolución de la Administración, la joven está todavía con sus padres, que estos días ultiman el papeleo y preparan el equipaje de su hija.
El abogado de la familia, Fernando Pérez, está también satisfecho de que finalmente hayan conseguido la plaza en el centro, pero recuerda que, cuando fueron a los servicios sociales de la Junta en Málaga, con la orden judicial para el ingreso «urgente», les dijeron que había mucha lista de espera y que no había plazas.
LISTA DE ESPERA
Allí les comunicaron que hay «muchos» otros casos como el de Flores y que hay una «lista de espera» que no se van a saltar ni por una orden judicial.
Antonio y Encarnación, padres adoptivos de Flores, atraviesan en una situación desesperada, con pocos recursos económicos para atenderla y con casi ochenta años de edad, además de con otro hermano adoptivo de quince años que atender.
El padre explica que Flores cada día está peor. «Su enfermedad no tiene cura y cada vez va a más». De hecho, hace unos días tuvieron que ir a Urgencias y de ahí al Clínico de Málaga, «pero allí nos dicen que la unidad de agudos no es para ella».
La enfermedad que sufre Flores es devastadora. Movimientos anormales, trastornos del lenguaje, pérdidas de equilibrio, brotes psicóticos y alucinaciones, que han convertido la vida de esta familia de Málaga en un calvario de penalidades que confían en que acabe ya.
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