03 Mar El transporte y la discapacidad, principales problemas para los enfermos renales
DÍA NACIONAL DEL TRASPLANTE
JAVIER VICENTE
Desde Alcer piden transporte más rápido para los enfermos con tratamiento de diálisis y que se les considere el porcentaje de minusvalía requerido también después de ser trasplantados. “¿Quién va a contratar a una persona tanto tiempo fuera del mercado laboral que tiene que ir a revisiones”, se pregunta el presidente, Francisco Carmelo. Entre los principales avances para la calidad de vida de enfermos y pacientes, un programa de respiro familiar para aquellos que vengan a realizar la diálisis a Salamanca desde fuera de la provincia con un piso en el que poder descansar
Más de 40 años lleva Alcer luchando por conseguir una mayor calidad de vida para los enfermos renales y, obviamente, los logros han sido varios desde entonces. El primero, eso sí, es tratar no contraer una enfermedad que, posiblemente, pueda llevar a un trasplante. De hecho, el mayor número de trasplantes en España son renales hasta el punto de suponer más de 65.000 en la historia por los casi 25.000 hepáticos, en segundo lugar.
Por ello, y al tratarse de una enfermedad crónica, cada año hacen hincapié en la importancia de la prevención. En 2017 le toca el turno a concienciar sobre la importancia de una alimentación sana que evite la obesidad, una de las causas de los problemas renales, como también la hipertensión, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. En este sentido, es importante conocer que las proteínas de las carnes son potenciadores de los problemas renales.
Estas campañas, que suelen coincidir con el Día Mundial del Riñón, el segundo jueves de marzo, se unen a otras muchas que se realizan por toda la provincia e, incluso, en las universidades y colegios, a través de su concurso de relatos cortos, ya que tienen claro que “lo importante es que haya donaciones y para ello es importante conocerlo”, afirma el presidente de la asociación, Francisco Carmelo.
De hecho, según los estudios más recientes, hasta una décima parte de la población podría contar con una enfermedad renal y no saberlo. En Salamanca, cerca de 150 personas están en diálisis, a los que hay que sumar los ya trasplantados. A pesar de ello, en Alcer Salamanca son unos 270 socios.
La unidad de trasplantes y díalisis
“Tenemos la suerte de tener una unidad de trasplantes. Esperemos que no se pierda”, comenta ante unos últimos cambios en su ubicación y la de diálisis como algo transitorio hasta la apertura del nuevo edificio. Esto, sin embargo, provoca algo de incertidumbre a una unidad de referencia de Castilla y León y parte de Extremadura gracias a los trasplantes de riñón-páncreas o los últimos en asistolia o cruzados, ya que desde 1983 se lleva ofreciendo el de riñón desde cadáver.
La importancia de Salamanca, por ejemplo, se puede comprobar en los más de mil trasplantes de riñón que ya se han practicado en el Complejo Asistencial. Pero no todo es esta intervención sino que hasta que se encuentra un órgano compatible, la diálisis acompaña al enfermo. Esta supone una visita al hospital cada dos días con unas cuatro horas de duración. Es como un trabajo más pero más invasivo para el organismo. Salamanca cuenta, para ello, con 30 plazas que, en su mayoría, están ocupadas por lo que aquellos que tuvieran que recibir este tratamiento, lo tendrían complicado.
¿Qué se puede hacer?
“Muchas cosas”, responde Francisco Carmelo, aunque para ello haga falta dinero. De momento, en esa lucha diaria, ya han ido sumando varias actividades para mejorar la vida de los enfermos, que no dejan de serlo tras estar trasplantados. Entre estos logros se encuentra un programa de respiro familiar con un piso para que, aquellas familias que acompañen a un enfermo de fuera de Salamanca y que tenga que tomar la diálisis aquí, puedan descansar y tomarse ese respiro importante lejos de las paredes del hospital.
Pero, además, la lógica dice que una persona en diálisis, enferma de riñón, provoca una minusvalía que hay que tratar y un trabajo, en caso de tenerlo, que hay que dejar. Por ello, desde Alcer tramitan el recurso de minusvalía, se solicitan las pensiones o, incluso, se buscan vacaciones en lugares en los que se pueda acceder al proceso de diálisis lejos de Salamanca. Pero también, más en el día a día, se busca la mejora psicológica con programas de ocio y tiempo libre con visitas o reuniones entre ellos en la sede con el único objetivo de desconectar de algo que te puede cambiar el carácter.
Sin embargo, aún quedan muchas cosas por hacer. Lo más imprescindible es mejorar el transporte sanitario ya que los enfermos de diálisis viajan en ambulancia no urgente lo que provoca que en una misma vayan varias personas. Esto implica que el viaje se alargue en ocasiones mucho por lo que las cuatro horas de diálisis se unen a otras tantas de viaje. “Es defectuoso”, confirma el presidente de Alcer Salamanca.
Pero a ello se le une una reciente Ley que le quita la minusvalía a los enfermos renales si a los seis meses de trasplantados, este funciona correctamente. El problema es que, en muchas ocasiones, estos enfermos llevan varios años apartados del mercado laboral debido a la diálisis y reintegrarse al trabajo, tras perder la pensión, es casi imposible. Más aún si le quitan las ayudas por contratación a los empresarios y que los trasplantados tampoco pueden hacer todo tipo de trabajos y que deben ir a revisiones y, por tanto, perder días de trabajo. De esta manera, por tanto, el empresario se pensará mucho, en un mercado laboral tan pujante, si le conviene contratar a un enfermo renal.
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