04 Nov El Salud preservará la fertilidad de mujeres que sufran cáncer
Técnicas de reproducción asistida permiten ser madre tras haber superado la enfermedad. La prestación se deriva ahora al centro IVI, pero el Servet trabaja en asumirla a corto o medio plazo
JORGE OTO – ARAGÓN
La sanidad pública aragonesa trabaja para asumir la preservación de la fertilidad en mujeres con cáncer. En la actualidad, este servicio solo se realiza en el sistema público en el caso de los hombres, mientras que las mujeres afectadas por cáncer se derivan a la clínica de reproducción asistida IVI, en la capital aragonesa para garantizar el servicio. Sin embargo, el hospital Miguel Servet quiere asumir esta prestación y se prevé que pueda incorporarse a corto o medio plazo.
El centro IVI asume este servicio de forma gratuita gracias a su fundación, lo que permite ofertar la prestación para pacientes oncológicos sin asumir coste alguno. Actualmente, desde el servicio de Reproducción Humana del Servet se derivan entre 10 y 15 mujeres al año, aunque el número total es algo superior ya que también se envían afectadas desde las unidades de mama.
Hace una década no había esperanza para ellas. En la mayoría de los casos, el cáncer borraba toda posibilidad de ser padres con sus propios gametos, debido al efecto perjudicial de la quimio y la radioterapia sobre la fertilidad. Afortunadamente, la ciencia avanza y hoy permite que un paciente diagnosticado de cáncer pueda ser padre o madre una vez superada su enfermedad gracias a las técnicas de reproducción asistida.
El programa, puesto en marcha por IVI hace nueve años, ha permtido el nacimiento de dos bebés aragoneses –ambos en Zaragoza– y 14 en España que han nacido después de que sus madres ganaran la batalla al cáncer.
TÉCNICAS
Cuando un paciente es diagnosticado de un tumor y quiere preservar su fertilidad, se analizan las mejores opciones para conservar sus gametos sin afectar la evolución de su enfermedad.
En el caso de los hombres, es sencillo. Una simple muestra de semen bastará para conservar los gametos masculinos en caso de necesitarlos en un futuro. En las mujeres, son dos las técnicas más usadas: la vitrificación de ovocitos, que consiste en la criopreservación –inmersión directa en nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC– de los óvulos maduros conseguidos tras la estimulación ovárica, con el fin de usarlos una vez superada la enfermedad con la misma calidad con la que se guardaron, y la congelación de corteza ovárica para trasplantarla tras el cáncer, que permitiría incluso conseguir gestaciones espontáneas al recuperar la paciente su función ovárica. Esta técnica se aplica en aquellos casos que requieren un inicio inmediato de quimioterapia. «Esos óvulos permanecen congelados el tiempo que necesite la paciente. «La qumio le hará perder fertilidad y pueden pasar entre 3 y 5 años para antes de permitirle una gestación», indica Elisa Gil, ginecóloga del IVI.
La perspectiva de éxito es alta si la pacientes es joven y tiene buena respuesta ovárica. Además, la técnica y la medicación son seguras. «La supervivencia de los óvulos dentro de 20 años es del 99%», subraya.
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