06 Oct La historia del pueblo creado y habitado solo por personas con Alzheimer
*Un proyecto pionero en Holanda ha diseñado el municipio de Hogewey, decorado como en los años 50.
*Bares, peluquerías, jardines, tiendas y restaurantes están concebidos para que los pacientes tengan una vida más activa y saludable
DIEGO CALDENTEY
Cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, declarado así por la Organización Mundial de la Salud. Entre las conmemoraciones planetarias que tendrán lugar este miércoles y la esforzada labor de millones de pacientes, familiares y médicos, quienes luchan de manera titánica contra la enfermedad todos los días del año, surgen pequeñas y singulares historias humanas que conmueven y sorprenden.
La del pueblo de Hogewey, en Holanda, es una de ellas. Se trata de una localidad que, en apariencia, tiene todos los ‘rasgos’ y características de cualquier pequeño municipio de los Países Bajos: bares, restaurantes, tiendas, teatros, peluquerías y parques integran su fisonomía cotidiana.
Pero lo que no muchos saben es que este singular municipio con vida propia e intensa actividad solo esta habitado por pacientes con Alzheimer y otras demencias. Fue específicamente creado, diseñado y ambientado para personas mayores de 80 años con que padecen la enfermedad.
Hogewey fue fundado en 2010. Cuando paseas por sus calles, te da la sensación de caminar por una especie de hospital a cielo abierto, que cuenta con una superficie de 16.000 metros cuadrados.
Todo allí está especialmente pensado y diseñado para sus habitantes. Lo más curioso es que las calles, comercios y establecimientos del lugar están decorados con la misma ambientación que en plena época de la década del 50, en el siglo pasado. Uno de los motivos principales es que este programa piloto y revolucionario busca que los pacientes no se sientan enfermos y que tampoco perciban que están siendo tratados clínicamente para luchar contra los problemas mentales que les aquejan.
El Gobierno holandés ha desembolsado 30 millones de euros para financiar el proyecto. No es gratis en absoluto para sus usuarios y familiares. La estancia de cada uno de los residentes cuesta 10.000 euros al mes. Pero el Gobierno financia el 40% de esa cifra.
Cuando el Estado dio impulso a este proyecto, hace ya más de un lustro, el mismo contó con no pocas críticas. Sin embargo, los datos del Sistema sanitario de Holanda hablan por sí solos: la experiencia ha permitido que, gracias a la vida de los residentes en Hogewey (mucho más activa, satisfactoria y saludable que la de los usuarios de centros tradicionales de atención a mayores, según sus defensores) ha incidido para que éstos requieran menos medicación. También, de manera proporcional, el gasto en fármacos financiados por el Estado se ha reducido considerablemente.
En Hogewey existen siete modelos de vivienda diseñadas para los enfermos de Alzheimer. Cada uno de estos tipos está creado en función de las diversas características y grado de afección de los residentes. Los hogares albergan 6 o 7 habitantes. Las viviendas denominadas ‘Stads’ están diseñadas para personas acostumbradas a la vida urbana. Las ‘Goosie’ tienen un tinte de construcción aristocrática.
También se han edificado las ‘Ambachtelijke’ (para personas dedicadas al comercio y artesanos); las ‘Indische’, (para los relacionados con India o las antiguas colonias holandesas en Asia=; las ‘Huiselijke’, para amas de casa y hombres caseros; y las ‘Culturele’, con toques culturales y para aficionados al cine y al teatro. Las viviendas ‘Christelijke’, finalmente, fueron construidas para las personas más religiosas, sin importar su credo.
Los artífices de esta idea sostienen que los enfermos, al estar inmersos en un ambiente familiar, mantienen una vida muy activa y que los efectos de este tratamiento son muy positivos.
Situaciones cotidianas y muy normales
Un día en la vida de los residentes de Hogewey transcurre con muchas situaciones similares a las de cualquier pequeño municipio europeo. Muchos residentes hacen sus compras en los supermercados, otros pasean libremente por los jardines públicos (entre todos los espacios verdes, suman más de hectárea y media de superficie) y se entregan a actividades de ocio o al aire libre, mientras el tiempo y las condiciones climatológicas lo permiten.
Claro que en el lugar está distribuido estratégicamente un plantel de 250 médicos,enfermeras, psicólogos y especialistas. Pero éstos usan ropa de calle y actúan como personajes necesarios para la vida cotidiana de Hogewey: hacen las ‘labores’ de jardineros, limpiadoras y tenderos, buscando que los residentes se sientan más cómodos y entregados.
En la actualidad en Hogewey residen 150 pacientes con Alzheimer. Menor ansiedad, una vida apacible en un entorno familiar, tranquilo, humano y agradable y mayor seguridad (al estar rodeados por objetos que conocen y por personas muy parecidas a ellos) son algunas de las ventajas de las que gozan sus residentes. Este tipo de escenario asegurará que vivan sus últimos años de forma normal y siendo felices, aseguran los médicos que asisten a sus moradores día tras día.
¿Podría esta iniciativa ‘importarse’ en España? Esta posibilidad, por ahora, parece lejana. Pero tampoco es descabellado suponer que en algún momento se incorpore en nuestro país. De hecho, otros países han comenzado a intentar imitarla. En 2013, por ejemplo, se inauguró un centro en Fartown (Inglaterra) que imita un pueblo inglés de los años 50. Y en Suiza, se está construyendo otro en la localidad de Wiedelisbach de estas similares características.
www.lainformacion.com/salud/historia-pueblo-habitado-personas-Alzheimer_0_955106033.html