12 leyendas urbanas sobre salud que son falsas

12 leyendas urbanas sobre salud que son falsas

La recopilación definitiva de las leyendas urbanas más extendidas en el campo de la salud.

20MINUTOS.ES

Las leyendas urbanas están a la orden el día en cualquier campo, también en el de la salud. A pesar de ser falsas, algunas se resisten a desaparecer porque llevan toda la vida siendo un mantra repetido hasta la saciedad dentro de la cultura popular, como que el chocolate es un afrodisíaco, algo que lleva extendiéndose desde la puritana época victoriana. Estas son las 12 leyendas urbanas más conocidas del ámbito de la salud:

1. Los productos sin gluten son más sanos.
Los celiacos y otros enfermos con intolerancia al gluten deben abstenerse de tomarlo, pero el resto de personas no tienen que hacer ese sacrificio, porque el gluten no es dañino para ellas.

2. Bañarse o nadar tras comer produce cortes de disgestión.
El corte de digestión en principio no existe, es un error de nomenclatura porque se relaciona con síntomas propios de la digestión. La causa real del mal llamado corte de digestión son los cambios bruscos de temperatura y es que cuando hay un choque térmico aparecen síntomas como el vómito, que en el imaginario colectivo se asocian a la digestión, pero esto no quiere decir que la digestión se haya interrumpido, es más, se puede ser víctima de un corte de digestión sin comer, aunque, eso sí, las comidas, al producir energía, aumentan el riesgo de que lo suframos.

3. La «regla de los cinco segundos».
Cinco segundos son más que suficientes para que las bacterias contaminen cualquier comida, de hecho, las bacterias pueden contaminarla en tan solo unos milisegundos. Así que esta regla es una leyenda urbana muy antihigiénica.

4. El chocolate es un afrodisiaco.
Según una investigación de la Clínica Mayo ni el chocolate ni ningún otro alimento son capaces de estimular el apetito sexual. Esta fama del chocolate es un gancho publicitario que se ha extendido desde la época victoriana, seguramente por el exotismo de que fuera descubierto en el Nuevo Mundo.

5. El chocolate estropea la piel.
Y tras la mala noticia de antes, una buena con el chocolate: la extendida creencia popular de que el chocolate produce granitos o acné no es del todo cierta. Y esto se sabe desde un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association en 1969. El estudio consistía en que durante un mes dos grupos comerían golosinas, unos con chocolate y otros sin. Al finalizar el experimento, se contaron los granos de los participantes de cada grupo y no había diferencias entre la piel de los que lo comieron y los que no.

6. La sangre coge un color azulado cuando está falta de oxígeno.
La sangre jamás se vuelve azul, ni siendo de una familia real, la única diferencia entre la sangre «normal» y una a la que le falte oxígeno es que esta última acusa una tonalidad más oscura de rojo. Fin del mito.

7. El alcohol mantiene una temperatura corporal alta… Y mata neuronas.
Falsas ambas, aunque eso no justifica su excesivo consumo. Al contrario de la creencia popular, el alcohol no calienta el cuerpo, sino que da sensación de calor aunque lo que realmente está haciendo es lo contrario: bajar la temperatura corporal, así que es peligroso beber alcohol cuando estamos en un lugar muy frío. Vamos, que eso de que los rusos se calientan con el vodka…Falso. En cuanto al tema de las neuronas, el alcohol no llega a destruirlas, lo que sí destruye (con un consumo excesivo) son las conexiones entre ellas, lo que origina atrofia y degeneración.

8. Los chicles tragados no se quedan pegados a las tripas.
¿Cuántos niños habrán pasado miedo al tragarse un chicle y pensar que se les ha quedado pegado a las tripas? Pues resulta que es falso. Se expulsa igual que cualquier otra golosina. Eso sí, otra historia es la gente que muere por asfixia al atragantarse con ellos.

9. El pelo y las uñas crecen hasta después de muerto.
Esto no es un consejo de salud, pero sí otra mentira más que ha resistido al paso de los años. No es que las uñas crezcan, sino que la piel que las rodea se retrae, a medida que se deshidrata, haciéndolas parecer más largas y en cuanto al vello, al retraerse la piel también parece que haya crecido.

Hay que recordar que para que crezcan las uñas o el pelo han de producirse células nuevas y estando muerto eso no es posible.

10. Comer antes de emborracharse evita la temida resaca.
Malas noticias para aquellos que creen que lo tienen todo controlado: la comida no es una barrera que evite la resaca (o un coma etílico), la puede hacer más llevadera, pero no, no la evita.

11. El azúcar es igual de adictivo que la heroína.
La (casi) adicción a bebidas refrescantes como la Coca-Cola se atribuye normalmente a las cantidades ingentes que estas bebidas contienen de ella, pero según el psiquiatra Hisham Ziaudden, este hecho no es tan fácil de probar porque ni con los escáners del cerebro se pude saber exactamente la forma de actuar de una adicción como la que pueden producir el alcohol, tabaco, heroína o cocaína. Por eso es arriesgado igualar el azúcar a la heroína. aunque el azúcar no es sano.

12. El azúcar natural es mejor que el procesado.
Seguimos con el aditivo más utilizado de la industria alimentaria, el dulce azúcar. La miel y el azúcar industrial engordan igual, la diferencia es la cantidad que tomemos. Los dulces, sean naturales o no, con mucha moderación.

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