Veinte años de vida laboral superando las barreras de la discapacidad

Veinte años de vida laboral superando las barreras de la discapacidad

El Servicio de Mediación del Consorcio acompaña a unos 40 trabajadores al año

DOLORES VÁZQUES – A CORUÑA

Ricardina Prieto Iglesias es pizpireta, trabajadora y un ejemplo de superación. Lleva ligada 20 años a los McDonald?s de A Coruña, que dirige José Manuel López Pombo, donde comenzó realizando labores de limpieza y donde ahora es entrenadora de los nuevos empleados en el Mc Auto. Tiene una discapacidad intelectual, que ella resume en que le costaba hacer las cosas y una vida complicada que le hizo abandonar los estudios en quinto de EGB, lo que restringió sus posibilidades. Sin embargo, cuando vivía en Culleredo con sus suegros decidió retomar sus estudios y fue allí donde le hablaron de los antecedentes de lo que es ahora el Servicio de Mediación del Consorcio As Mariñas, que se encarga de ayudar a la inserción laboral de personas con dificultades en este campo.

Susana Ponte, preparadora laboral del Consorcio, explica que lo que proponen a las empresas son trabajadores según sus capacidades y los acompañan en la empresa hasta que son capaces de asumir en solitario las tareas que les tocan. «Cando collen ritmo desvanecémonos pouco a pouco», explica sobre un programa que tienen como principales usuarios unas 40 personas con discapacidad intelectual o psíquica al año. El período de formación lo abona el ente supramunicipal y se establece de media unos tres meses para preparar a los trabajadores. En un momento en que la inserción laboral en empresas está complicada, se centran en ofertar brigadas medioambientales para los concellos y destaca que logran una inserción de entre el 35 y el 40 %.

Ricardina, que tiene 42 años, es un ejemplo de lo que se consigue con este tipo de acompañamiento. «Tiene mérito, es una crack, las barreras para ella no existen y busca la manera de cumplir su cometido absolutamente igual que otro trabajador», resume Miguel Expósito, coordinador de las franquicias de McDonald?s en A Coruña y Ferrol. Explica con precisión los cambios que ha tenido Ricardina, desde que comenzó en la limpieza en el restaurante ya desaparecido de la calle Real, hasta su paso por Los Rosales, después por Espacio Coruña hasta llegar al situado en el polígono de la Grela, donde trabaja ahora. «Pensé que estaba poco valorada y que podía hacer más cosas, le fuimos asignado tareas más complejas y hace tres años la nombramos entrenadora», señala a la vez que incide en que es una puntillosa cumplidora de las normas y no se amedrenta ante nadie para que se sigan.

Expósito puntualiza que defiende su trabajo como el resto de sus compañeros y que la experiencia con las personas con discapacidades ha sido buena, han llegado a tener hasta cuatro trabajando, aunque ahora solo cuentan en plantilla con Ricardina y con un trabajador en el McDonald?s de Perillo.

También avala el trabajo de esta mujer Katiuska López, que fue su supervisora en otro tiempo y que la defiende como empleada. «No tiene impedimento ninguno y da gusto verla trabajar», reconoce Daniel Barja, gerente del restaurante donde trabaja una mujer que ahora es la única que tiene empleo en su casa, en la que vive con su marido y sus dos hijos y de la explica que aún está pagando la hipoteca.

«La experiencia está muy bien, yo estaba en paro y doy las gracias desde que estoy aquí, he ido aprendiendo, empecé por lo más bajo, a hacer ensaladas y luego me fueron metiendo caña y fui subiendo de nivel, me enseñaron mucho», reconoce Ricardina Prieto.

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