04 Nov Música para la integración
Más de 200 músicos y alrededor de 300 personas con discapacidad forman parte del proyecto Mosaico de Sonido
JUANMA JIMÉNEZ
Más de 200 músicos y alrededor de 300 personas con discapacidad forman parte del proyecto ‘Mosaico de Sonidos’, una iniciativa llevada a cabo por a Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS) y la ONG Plena Inclusión, bajo la financiación de la Fundación BBVA y la dirección de Mikel Cañada, que pretende acercar la música a personas con discapacidad y hacerles formar parte de una orquesta sinfónica, contribuyendo así a su inclusión social.
El programa lo desarrollarán 14 orquestas sinfónicas y, cada una de ellas, llevará a cabo durante 2016 entre seis y 10 talleres en los que participarán músicos y personas con discapacidad. Las piezas resultantes de cada uno de esos talleres se interpretarán entre enero y febrero de 2017 en conciertos de abono de temporada.
Los talleres trabajarán de manera independiente sobre la composición ‘La flor más grande del mundo’, cedida por Emilio Aragón, basada en el cuento homónimo de José Saramago.
Una pieza alegre y por la que el músico siente una especial debilidad. «Últimamente estoy rodeado de serendipia (un descubrimiento inesperado producido cuando se busca otra cosa). Saramago no recordaba haber escrito este cuento, se lo recordó su editora cuando buscaba nuevos textos que publicar entre sus relatos» avanzó Aragón.
«Yo recibí un encargo de componer un cuento sinfónico y un día en casa de mi padre me dijo: ‘Lee este cuento’ (refiriéndose a La flor más grande del mundo) y era tan bello que lo único que había que hacer era seguir lo escrito por José y ponerle música» dijo en alusión al proceso de creación de la pieza musical.
«Y hoy estamos aquí porque Mikel y todo el grupo querían encargar una pieza nueva, hasta que una amiga nos propuso: ¿porqué no utilizáis ‘La flor más grande del mundo’?. Entonces nos miramos y dijimos: ¡Claro, es perfecta!. Era la tercera vez que se salvaba ‘La flor más grande del mundo gracias a la serendipia'» concluyó.
Para el compositor, lo más bonito de esta iniciativa es que «de ‘La flor más grande del mundo’, otras 14 flores distintas nacerán de la creación conjunta entre músicos y personas con capacidades diversas». La danza, el teatro o la literatura serán también parte de los productos finales que salgan de los talleres, así cada uno creará «una pieza diferente que representará ese mosaico a la hora unirlo».
«Utilizar el potencial de la música para transformar la sociedad» con estas palabras Mikel Cañada, creador y director artístico del proyecto, ha querido expresar cuál es el objetivo de ‘Mosaico de Sonidos’. «La música tiene el poder de comunicación de llegar a todas las personas independientemente de su condición». Ése espíritu es el que ha querido transmitir Juan Pérez, vicepresidente de Plena Inclusión, para quien «el proyecto muestra una realidad: la aportación de las personas con discapacidad a la sociedad».
Los protagonistas serán tanto los músicos implicados, quienes han recibido una formación previa que les permita desarrollar esta tarea, y los colectivos de discapacitados, seleccionados a través de las federaciones que Plena Inclusión tiene en España y base a criterios como la previa participación en actividades musicales.
«Éste no es un proyecto terapéutico», ha subrayado Cañada, «sino de inclusión social que pretende involucrar a personas con discapacidad en un proyecto creativo».
«La idea surgió de la demanda que la AEOS y sus orquestas tenían de mostrar que hacen algo más que dar conciertos. Desde hace tiempo queríamos participar en proyectos solidarios» ha dicho Roberto Ugarte, secretario de AEOS. «De manera individual las orquestas llevan a cabo proyectos sociales, pero nuestra ambición era hacer un proyecto más general que sirva de estandarte».
La intención de todos los presentes en la mesa es continuar con estos proyectos y que la utilización de la música ayude cada día a más gente. En vista al futuro Cañada dijo que «se está trabajando en opciones interesantes, como la de realizar conciertos para gente que no oye, algo que se hace en otros países».
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