17 Sep Surcando la discapacidad a bordo de un velero
La psicóloga Pilar Mostaza y el patrón Francisco Soriano son los impulsores de «Terapia en el mar»
EFE / Miguel Martín / Almería
El «Talismán» es un velero procedente de Miami que tiene su amarre en el puerto de Aguadulce, en Roquetas de Mar (Almería), pero es también la principal herramienta con la que la asociación Psiconáutica atiende anualmente con fines terapéuticos a más de 400 personas con discapacidad.
La psicóloga Pilar Mostaza y el patrón Francisco Soriano son los impulsores de «Terapia en el mar», una propuesta pionera que pretende que «no haya barreras en el mar» y mejorar las condiciones de vida de los discapacitados, según han explicado a Efe durante una salida con un grupo de personas de la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM).
Mostaza destaca que además de realizarse en un enclave «idílico» de la costa española como es Almería, elegida por su «temperatura excepcional y vientos agradables durante todo el año», las actividades en el medio acuático «poseen unas características muy específicas que favorecen el desarrollo cognitivo, motor y afectivo-social».
Esta original terapia incide de manera directa en los discapacitados, «en su estado de ánimo, en sus emociones, en sus relaciones sociales, en su calidad de vida y en su salud en general», según Mostaza.
Pero los beneficios no son únicamente emocionales, también se trata de una actividad física que es buena para la salud y calidad de vida de las personas gravemente afectadas.
«Se mejora la vasodilatación de los participantes, permitiendo un mejor tono muscular y de consumo de oxígeno, optimizando la movilidad articular y reeducando grupos musculares de forma localizada, lo que potencia la sensación de bienestar», explica la psicóloga.
Asegura que el objetivo es que «los usuarios se encuentren cómodos en un entorno que es distinto, que puedan controlarlo y dominarlo» para llevar a la práctica el aprendizaje que hacen en el mar.
Por su parte, Soriano explica que Psiconáutica nació después de conocer que en países cómo Francia e Inglaterra se llevaban a cabo este tipo de actividades, mientras que en España no existía ningún tipo de organismo o entidad que las hubiese puesto en práctica.
«Nos pareció impresionante y no entendíamos que en nuestro país no se hiciera, y más en Almería, donde se puede hacer todo el año, mientras que en Francia e Inglaterra sólo es posible hacerlo en julio o agosto», añade.
El patrón indica que una salida tipo dura unas dos horas, y que «según el viento sea de levante o de poniente, el velero ‘Talismán’ parte rumbo a Aguadulce y Roquetas o hacia el Cabo de Gata».
Una vez pasada la bocana, van de un lado a otro, pasan por la bahía y ahora, en verano, paran en una cala y se dan un baño con chalecos a unas tres millas de la orilla.
Pero la navegación no es únicamente cosa de los miembros de Psiconáutica. Durante el recorrido se cede el timón a los participantes, que también eligen los rumbos y guían las velas, para que «noten el tacto del viento en la cara y se sientan capitanes por un día».
Una capitanía que permite a estas personas disfrutar de la navegación a vela a bordo de un barco que surca el mar de la discapacidad.