17 Sep Los mayores que no se desenvuelven con independencia tienen tendencia a aislarse
Las caídas, la incontinencia urinaria o la interdependencia se ha demostrado que merman la confianza de los mayores en sí mismos y pueden desembocar en situaciones de aislamiento por el miedo a no poder desenvolverse con facilidad
EUROPA PRESS – MADRID
El envejecimiento está ligado al desgaste de las relaciones sociales y al deterioro de las capacidades físicas y psíquicas, lo cual influye en las actividades cotidianas de los mayores que implican la interrelación con otras personas.
Estas barreras que les surgen a las personas mayores para relacionarse con otras personas se manifiestan en diversos estados como el de apatía, una situación de indiferencia en el que el individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física.
Además, estos síntomas se agravan cuando el mayor presenta un cuadro de demencia, ya que estos se presentan con mayor intensidad y de forma mas habitual, lo que incrementa su dependencia de los demás.
El doctor Curto ha recomendado «reforzar la red social del mayor, especialmente si este presenta discapacidad o dependencia con el fin de evitar que experimente cambios severos en el rol familiar, social o en sus necesidades de apoyo».
«En el caso de que la red social del mayor no sea la apropiada, su autoestima puede verse seriamente afectada, lo que puede desembocar en problemas más graves. Una actitud flexible es esencial para que los mayores puedan adaptarse a los diferentes cambios y situaciones de su entorno», ha apostillado el doctor Curto.
Por estas razones, es importante que las personas mayores y especialmente las que se encuentran en situación de dependencia se sientan útiles para los demás, y así fomentar la interrelación con otras personas, ya sean sus familiares, amigos o vecinos.
Sin embargo, el doctor ha señalado que esto no suele ser un proceso fácil porque el mayor desarrolla los llamados ‘síndromes geriátricos’ o patologías de la tercera edad, lo que favorece la depresión o el aislamiento. Esto se traduce en un incremento de las caídas, dolores crónicos o la aparición de la incontinencia urinaria entre otras causas.
«Estas enfermedades son comunes y deben gestionarse correctamente para evitar una repercusión negativa de sus relaciones sociales, dando lugar al aislamiento o la depresión», ha concluido Curto.
www.eleconomista.es/interstitial/volver/269617462/empresas-finanzas/noticias/6929030/08/15/Los-mayor