Cuando la salud se mide por el código postal

Cuando la salud se mide por el código postal

Las tasas de esperanza de vida y enfermedades varían entre barrios de una misma ciudad en sintonía con los indicadores de exclusión social.

CARMEN REINA – ANDALUCÍA

«Cuando hablamos de salud es más importante el código postal que el código genético». Esta frase de una médico cordobesa, Victoria López, sintetiza la constatación de la realidad sobre la que trabajan un sector de los profesionales de la sanidad que, más allá del diagnóstico y la curación de enfermedades, se afanan en poner la lupa sobre la incidencia que tienen las desigualdades sociales en la salud de las personas.

«La salud es en realidad una parte de la dignidad humana», dice el doctor Javier Padilla, médico de familia en Sevilla. Porque, explica, «la salud va mucho más allá de lo que tratan los sanitarios». Esta perspectiva de trabajo trata de realizar un diagnóstico de la salud de las poblaciones y constatan, con ello, cómo las desigualdades sociales y los indicadores de exclusión social entre barrios de una misma ciudad coinciden con las desigualdades en también en salud, en enfermedades y en esperanza de vida de unos vecinos frente a otros.

Cada uno de estos doctores ha cruzado las distintas estadísticas sociales y de salubridad de sus entornos de acción y dan fe de que «el barrio donde se nace es más determinante que otros indicadores de salud». Los ejemplos los pone la doctora López sobre Córdoba: «Un vecino del barrio de la Fuensanta –barrio obrero de la capital cordobesa- tiene una esperanza de vida de 71 años. Un vecino de Ronda de los Tejares –avenida del centro de la ciudad- tiene una esperanza de vida de 81 años». Una década de diferencia entre unos vecinos y otros en una misma ciudad.

Las estadísticas siguen dando ejemplos de esa realidad: «Tasas de mortalidad del 1,5 mayor que la media en barrios como Palmeras o Guadalquivir. O una probabilidad del 30% menor si vives en la avenida de El Brillante, la avenida del Aeropuerto o el centro», explica López, para quien desde el municipio, aunque no se tenga las competencias en sanidad, sí que se puede actuar desde el ámbito social para erradicar desigualdades y mejorar la salud de los barrios.

El dibujo de esas desigualdades sobre el mapa nos pinta un panorama de color muy distinto según los barrios de cada ciudad. Así lo refleja el mapa de «razones de mortalidad por secciones censales» del Instituto de Estadística y Cartografía de la Junta de Andalucía, en el que se puede ver reflejado en cada ciudad lo que la doctora López explicaba sobre Córdoba. Y es que el mapa de las desigualdades en salud se da en todas las capitales. «Córdoba, junto a Granada y Almería, son las ciudades andaluzas con más desigualdades en salud», constata esta médico.

EL FONENDO QUE AUSCULTA A LA COMUNIDAD

La misma perspectiva de trabajo la comparte el doctor Javier Segura, experto en Madrid en desigualdades y salud que lleva trabajando en este campo varios años, auscultando con su fonendo la realidad social de toda la población. Médico salubrista, pone sobre la mesa preguntas y respuestas a esta realidad. “Si toda la población tiene un acceso igualitario a la sanidad, ¿por qué se producen estas diferencias en salud entre barrios?», lanza. Su experiencia le ha llevado a constatar cómo «hay una menor esperanza de vida en barrios con mayor número de desahucios, con más menores con problemas con la justicia, con peores indicadores sociales en definitiva». Y añade: «hay un patrón geográfico que nos dice que en los barrios obreros hay una menor esperanza de vida».

Segura abunda sobre ello y explica cómo las personas con más hipertensión, obesidad o artrosis «son más frecuentes en clases sociales bajas y con niveles de estudios más bajos. Los barrios que son más pobres tiene peor salud». Es un patrón que deja al descubierto que «la salud está relacionada con lo social y, por tanto, la salud también está relacionada con la política», -dice- que inciden en el bienestar de la población en todos los ámbitos.

A juicio del doctor Segura, estos indicadores sobre la desigualdad en salud entre poblaciones «es evitable, si somos capaces de revertir esas desigualdades sociales». Se trata, así pues, de mejorar la salud «cambiando las condiciones de vida de las personas: su educación, su trabajo, su vivienda, sus relaciones sociales…». Y, anima, ahora que acaban de celebrarse elecciones municipales, a que «desde los ayuntamientos se puedan hacer intervenciones muy importantes para la salud del vecindario, sin tocar la sanidad (que es competencia autonómica)».

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