El rostro femenino del infarto

El rostro femenino del infarto

* Las mujeres tardan más en ir al médico tras sufrir los primeros síntomas típicos
* No se sienten identificadas con esta dolencia porque la creen típica de los hombres

CLARA MARÍN – MADRID

Las mujeres tardan más en ir al médico tras sentir los síntomas típicos de un infarto: opresión en el centro o en el lateral izquierdo del tórax, que puede ir acompañado de sensación de náuseas, dolor en los brazos, y, en ocasiones, mareos y dolor en las muñecas. Además, esta tardanza se agudiza más si se trata de mujeres jóvenes. Así lo sostiene un estudio recientemente publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, que señala que estos episodios han ido en aumento en los últimos años en las mujeres menores de 55 años.

En la publicación se explica que, a pesar de que las enfermedades cardíacas son menos comunes en las mujeres que en los hombres, la tasa de mortalidad por infarto de miocardio es mayor en ellas que en ellos. Almudena Castro, presidenta de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología, que vincula directamente el reciente aumento de la incidencia de estas patologías en las mujeres a su incorporación más tardía al hábito tabáquico, matiza esta afirmación: «Los infartos en hombres jóvenes son más comunes que en las mujeres jóvenes, pero pasada la menopausia las cifras se igualan, porque el efecto protector de los estrógenos desaparece».

La publicación sostiene que, en comparación con los hombres, las mujeres tardan más en ir al médico y buscar ayuda una vez que han sentido los síntomas típicos del infarto. Esto se cumplía igualmente en aquellas que tenían un importante historial familiar de antecedentes de infarto.

El problema, y así queda reflejado en el estudio, es que las mujeres no identifican sus dolores previos a un infarto como tal dolencia. Primero, porque se veían demasiado jóvenes para sufrirlo, y segundo -y esta es la razón principal- porque consideran que esta es una complicación que afecta principalmente a los hombres.

«Las campañas de prevención de infartos siempre ponen a un hombre como ejemplo, y por eso la mujer no se siente identificada con esta enfermedad y no tiene ese sentido de alarma cuando sufre los síntomas, porque no ha sido educada para ello», explica a este periódico la doctora Castro.

En la investigación, para la que se ha entrevistado en profundidad a 30 mujeres estadounidenses de entre 30 y 55 años hospitalizadas por infarto de miocardio, se pone de manifiesto cómo no identificaron sus síntomas con estar sufriendo un infarto, porque no están acostumbradas a ver en las campañas públicas ejemplos de mujeres que lo hayan sufrido, y todavía menos si se trata de mujeres jóvenes.

Además, y esta es otra de las cuestiones que quedan demostradas con este estudio, las mujeres retrasan más el momento de ir al médico porque suelen priorizar antes sus asuntos laborales y familiares. «Cuando llega un hombre con un infarto, viene con la mujer y la hija, pero cuando viene una mujer, viene sola y corriendo porque tiene que irse a recoger a los nietos», cuenta Castro. Además, soportan más el dolor porque tienen más cosas que hacer: «Una mujer se siente mal pero se aguanta porque tiene que hacer la comida. Esto es triste, pero en estos momentos es una realidad en nuestro país», relata esta cardióloga.

En definitiva, tal y como señala la publicación, y como comparte Castro, además de incidir en mejores estrategias de prevención, «de este estudio debemos aprender que hay que mejorar la educación y la comunicación para cambiar la percepción sobre los infartos, y hacer ver que también afectan a las mujeres», concluye Castro.

www.elmundo.es/salud/2015/02/25/54ec74c922601de8408b4580.html