18 Ago «El envejecimiento se debe afrontar teniendo en cuenta que el cambio es ley de vida»
Entrevista a Carmen Alborch
Existen muchas personas que se niegan a dejar de parecer jóvenes. ¿Por qué este rechazo a envejecer?
La vejez se identifica con la pérdida, la pérdida de atractivo, de capacidad económica, de poder, de salud y no se resaltan suficientemente sus aspectos positivos. El envejecimiento es un proceso que hay que intentar afrontar teniendo en cuenta que la ley de la vida es el cambio y que atravesamos crisis que pueden suponer crecimiento. Me gusta la imagen de la vida como una escalera por la que vamos ascendiendo.
¿Crees que está mal visto envejecer en la sociedad actual?
La búsqueda de la eterna juventud ha sido una constante histórica. Ha habido reacciones ambivalentes, considerando al mismo tiempo la experiencia adquirida como algo positivo y cierto rechazo por la identificación con el deterioro, además de la percepción de que las personas mayores son una carga. Quizás los tiempos y la mirada social estén cambiando, las personas mayores tienen más autonomía, están mejor preparadas, tienen más recursos de todo tipo que antes y de manera generalizada. En nuestro entorno la vejez ya no es lo que era, se envejece de manera distinta, y se habla del envejecimiento activo incluso de la cuarta edad.
¿Es posible que la gente tema a la vejez porque la relaciona con la enfermedad?, ¿o quizá por la angustia de la idea de la muerte?
Por ambas razones. La palabra vejez no resulta agradable. El miedo a la vejez es peor que la vejez. No tenemos tampoco una buena educación sobre la muerte. Envejecer es un proceso interesante y puede ser una etapa de culminación… Quizás ya no caminemos tan deprisa, pero podemos disfrutar más del paseo.
Decías que ‘antes la aspiración o la conquista era envejecer, pero ahora se trata de envejecer bien’. ¿Cómo podemos lograr envejecer bien?
El aumento de la esperanza de vida es un logro. No soy una experta pero creo que es determinante nuestra actitud, la capacidad de adaptación, además de nuestras condiciones vitales, la genética y el azar. Dicen que el triángulo básico para la buena vida es la alimentación sana, hacer ejercicio, cuidar la mente y el espíritu. Tenemos muchos ejemplos a nuestro alrededor que demuestran que el entusiasmo permanece y que envejecer puede ser hermoso. Por otra parte la sociedad debe implicarse, tenemos derecho a una vida digna hasta el último suspiro.
¿Cuál es el mayor placer de envejecer?
Mientras tengamos cierta autonomía podemos ganar en libertad, capacidad para disfrutar de los placeres de la vida cotidiana con distinta intensidad, de la amistad y de la familia. Disfrutar siendo abuelos o abuelas. Encontrar la serenidad en un momento en el que se deja a un lado la competitividad… Disfrutar aprendiendo, relajándonos. Creo que somos más comprensivos. En distintos estudios se habla de la U de la felicidad, o sea que tras un bache en torno a los cincuenta remontamos.
¿Crees que la soledad es uno de los principales factores que inducen a la depresión a las personas de la tercera edad?
Creo que es importante el sentimiento de pertenencia, sentirse útil, participar en actividades , interesarse por los demás, cultivar los afectos, cuidarnos y no abandonarnos. Decía la premio Nobel de Medicina Rita Levy Montalcini a sus cien años que lo importante era tener activo el cerebro, interesarse por los demás y tener curiosidad.
Al disponer de más tiempo libre durante la jubilación y la vejez, ¿cómo puede uno reinventarse y reencontrarse?
Intentando tener el mayor equilibrio físico y emocional posible para lo cual es necesario ser conscientes de nuestras capacidades y limitaciones. Priorizando y dedicando nuestro tiempo y energía a lo que nos importa y nos complace. Tiempo para fomentar los vínculos afectivos, tiempo para hacer muchas cosas que nos hubiera gustado hacer y que no hemos hecho por falta de tiempo. Incluso podemos descubrir nuevos placeres y aficiones y ampliar conocimientos. Cada día acuden más personas mayores a la universidad y consecuentemente amplían su formación e incrementan su bienestar. Viajar, leer, escuchar música, pasear… hay tantas personas, historias y cosas bellas que contemplar y compartir. El buen humor y el buen amor son muy importantes. Conseguir tener una vejez amable, confortable, saludable, creativa, puede ser una tarea apasionante.
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