Expertos señalan que el 30% de las personas mayores de 65 años se cae una vez al año

Expertos señalan que el 30% de las personas mayores de 65 años se cae una vez al año

Supone la primera causa por la que acuden a las urgencias hospitalarias de traumatología, y este porcentaje aumenta según la edad de las personas es más avanzada

MADRID – EUROPA PRESS

Alrededor del 30 por ciento de las personas mayores de 65 años sufren como mínimo una caída al año, lo que supone la primera causa por la que acuden a las urgencias hospitalarias de traumatología, y este porcentaje aumenta según la edad de las personas es más avanzada.

De este modo, la geriatra del Hospital de Salamanca, la doctora Carmen Pablos Hernández, apunta que «una de cada tres personas mayores de 65 años se cae al menos una vez al año. De éstos, entre el 1 y el 5 por ciento presenta lesiones graves como fracturas y otras complicaciones psicológicas, sociales y económicas de mayor envergadura. Estas cifras aumentan hasta un 35 por ciento en mayores de 75 años y un 50 por ciento en octogenarios y nonagenarios».

De hecho, la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) señala que el 90 por ciento de las fracturas en cadera, antebrazo y pelvis tienen como antecedente una caída. En este sentido, las roturas de cadera son las de mayor importancia por la «morbimortalidad y la repercusión funcional que conlleva» en la población anciana. También aseguran que otras de las consecuencias más comunes son «contusiones, heridas, traumatismos craneoencefálicos, costales y abdominales».

En este sentido, Pablos afirma que en ocasiones «nos olvidamos de las secuelas que se derivan de la estancia prolongada en el suelo tras la caída» y de la «inmovilidad secundaria», como pueden ser la hipotermia, la deshidratación, contracturas, rigidez, trombosis o estreñimiento, entre otras.

Además, estos sucesos suponen un efecto psicológico negativo en el anciano, ya que repercute en su seguridad y confianza. «El miedo a caerse de nuevo y la pérdida de confianza pueden producir un deterioro funcional que se traduce en una disminución de la marcha, limitación para la realización de actividades básicas e instrumentales de la vida diaria y, en definitiva, de una pérdida de autonomía que aumenta la probabilidad de institucionalización del paciente», ha señalado la doctora.

Por otro lado, el geriatra de este hospital salmantino, el doctor Alfonso González, ha afirmado que las causas por las que estas caídas suceden por factores relacionados con el paciente, derivados del exterior y por las tareas que esté realizando la persona en ese momento. «En la mayoría de los casos el mayor se cae como resultado de unos factores intrínsecos, otros extrínsecos, y otros circunstanciales», ha dicho.

«Podemos destacar entre los factores intrínsecos la perdida de agudeza visual, enlentecimiento en reflejos de enderezamiento, disminución de tonol, fuerza muscular e hipotensión. Por otro lado, los fármacos juegan un papel muy importante como factor de riesgo de caídas. Especialmente psicótropos, antihipertensivos, antiarrítmicos y los diuréticos, ampliamente utilizados en población anciana», ha añadido González.

De este modo, la doctora Pablos ha recomendado, entre otras cosas, «respetar la autonomía de los ancianos» y buscar soluciones para que no se repitan futuros accidentes. En este sentido, señala que los familiares tienen que aprender a «apoyarles en su toma de decisiones y reforzarles positivamente» y que nunca se debe «recriminar las caídas o adoptar una actitud paternalista o sobreprotectora».

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