Cómo hablar de sexo cuando el hijo tiene una discapacidad

Cómo hablar de sexo cuando el hijo tiene una discapacidad

FORMACIÓN | Talleres para padres
* Cada vez más familias demandan formación para abordar este tema
* La sexualidad en estas personas sigue siendo una asignatura pendiente
* Hay una tendencia general a pensar que esta necesidad no se debe

Patricia Matey | Madrid

En el Colegio de Educación Especial Alfonso X el Sabio de Leganés se ha impartido una clase especial y, seguramente, muy útil para el desarrollo integral de los cerca de 136 niños y niñas con discapacidad intelectual o del desarrollo que acuden a él a diario. Pero los alumnos, en esta ocasión, no han sido ellos sino sus padres, que han sido convocados a un taller de formación en sexualidad y discapacidad.

Allí estaba Vaselina, cuya hija tiene nueve años y es autista. «He venido porque me pareció una idea interesante y una oportunidad para obtener información. Los niños con discapacidad mental entran antes en la pubertad, con lo que eso significa, y queremos adelantarnos a los acontecimientos, saber a qué nos enfrentamos y cómo ayudarla», detalla.

Ana María también ha querido invertir una hora y media de su tiempo en aprender cómo afrontar la adolescencia de su hijo y tratar de resolver sus dudas. «Tiene 13 años y padece una cardiopatía genética con afectación neurológica desde que nació. Hace dos meses empecé a darme cuenta de que está en pleno cambio hormonal. No sé cómo hacer frente a esta nueva situación. Los médicos no hablan de la sexualidad de estos niños y para mí es fundamental. Hay muchos detalles pequeños pero importantes. Yo noto, por ejemplo, que quiere su intimidad. Lleva pañal y claro ya no le apetece que se lo cambie cualquiera, que le vean desnudo», especifica.

Porque la demanda de formación en sexualidad de los padres con hijos con alguna discapacidad va en aumento, porque la sexualidad forma parte de todo ser humano y porque es también una realidad en estos menores, la Concejalía de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Leganés ha querido incluir este taller (Educación afectiva sexual para personas con discapacidad) en la ‘Semana de la salud’ que organiza todos los años.

La ‘clase magistral’ ha llegado de la mano de Carlos de la Cruz Martín-Romo, uno de los técnicos del consistorio y miembro, además, de la Asociación Sexualidad y Discapacidad. Esta entidad nace con el objetivo de atender, educar y prestar apoyo a la sexualidad de las personas con discapacidad.

Asignatura pendiente

Para este psicólogo y sexólogo se trata de una asignatura pendiente. «Se ha evolucionado mucho en la atención de las personas con discapacidad, en lograr su integración social y laboral y reducir el estigma, pero la sexualidad no está en la mente de muchos. Es cierto, también, que estos menores tienen mucha problemática añadida (necesidad de atención constante, elevada dependencia, patologías añadidas…) y por eso se trata de un tema que se posterga. Pero las cosas están cambiando, la demanda de las familias y de muchos profesionales por aumentar el conocimiento en este campo está aumentando vertiginosamente», declara el experto.

Otro de los motivos por los que está relegada es, según sus palabras, porque «existe una tendencia general a pensar que no hace falta cubrir este tipo de necesidad, como si no existiera. La sexualidad, que no es lo mismo que tener relaciones sexuales, la tenemos todos. Es innegociable, pero impera el modelo de que pertenece solo a las personas guapas, atractivas, y muchos padres creen que sus hijos no están en esa línea. Además, dos mitos sobre ella en los adolescentes discapacitados son, por un lado, verlos como ‘angelitos’, asexuados y, el otro, justamente el contrario: mejor mantener la sexualidad dormida. ‘Si empiezan, por ejemplo, a masturbarse qué va a pasar después’. Los menores con discapacidad no se masturban más que los de otros colectivos, lo que sucede es que gozan de menos intimidad y por eso se les ‘pilla’ más», añade.

En clase

Nada más empezar el taller, asaltan las dudas y las preocupaciones de los asistentes. «Relacionarse, hablar, comunicarse con nuestros hijos es muy complicado, muchos no hablan. ¿Cómo entonces vamos a abordar con ellos el tema de la sexualidad?, inquiere uno de los padres.

A otro de ellos, lo que más le obsesiona es la posibilidad de que su hija autista se pueda quedar embarazada. «Es un problema porque la verdad es que seríamos nosotros los que nos tendríamos que ocupar del niño. Es algo que me tiene realmente preocupado, porque ella, como otras con su problemática, no tienen estrategias ni conocimientos para saber qué tiene que hacer en un momento dado».

Carlos tranquiliza al auditorio aclarando que este es un primer encuentro «al que espero secunden muchos, porque de lo que se trata es de ir paso a paso. Es fundamental que este tipo de talleres y sus objetivos se impartan por igual a los profesores del centro y a los alumnos que puedan asistir y todo teniendo en cuenta que cada niño con discapacidad es distinto», declara.

Este experto cree que el taller debe dividirse en tres objetivos: que los chicos y chicas aprendan a conocerse, un segundo reto es que aprendan a aceptarse y, por último, que las expresiones eróticas sean fuente de satisfacción y no de problemas.

Una sexualidad satisfactoria

Se les debe ayudar a que aprendan «cómo son y cómo es el resto de los que les rodean. Enseñarles a conocer su cuerpo, cómo funcionan los órganos sexuales. Pero es vital también que se acepten como son, se trata de un reto difícil por los modelos que imperan en la sociedad, pero ellos y ellas tienen que estar contentos con quienes son y sentir que son dignos y se les quiere.

Finalmente, deben entender que la sexualidad tiene que ser satisfactoria y no fuente de problemas. Se les debe enseñar a preservar su intimidad y hacer un uso de ella adecuado. En definitiva, son los mismos objetivos que plantearía a los chicos y chicas que van al Instituto que tenéis enfrente», agrega el sexólogo Carlos.

Para él, es fundamental romper con muchos tabúes y tal vez el primer paso sea «dejar que estos adolescentes cuyas madres suelen elegirles la ropa se vistan como el resto de menores, no como si siempre fueran niños».

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/04/27/noticias/1335515953.html