Extirpar unas amígdalas: 792 euros

Extirpar unas amígdalas: 792 euros

Aguirre pone en marcha la factura que informa al paciente del coste de su intervención – Se detallarán las veces que se acude a urgencias y a las consultas- Las facturas no se entregarán en caso de fallecimiento o en cuidados paliativos

ELENA G. SEVILLANO – Madrid

Los pacientes que se sometan a una cirugía mayor ambulatoria, es decir, una operación que no requiere dormir en el hospital, a partir del miércoles en La Paz encontrarán junto con el papel de alta médica otra hoja en la que les dirá cuánto ha costado esa intervención. Si se trata de una extirpación de amígdalas, el ciudadano se llevará a casa una factura por importe de 792 euros. Es la llamada factura en la sombra, o informativa, que Madrid empieza a poner en marcha mañana. «Los ciudadanos deben saber cuál es el coste de la asistencia sanitaria que reciben», aseguró ayer el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty.

La implantación irá por fases; a medida que pasen los meses, más hospitales empezarán a entregar factura para cada vez más procesos asistenciales. También los centros de salud informarán a los ciudadanos de los gastos que generan. Los pacientes que hayan visitado más de cinco veces este año a su médico de familia -la frecuentación media europea- recibirán en marzo de 2012 una carta enviada por correo ordinario a su casa que detallará el número de consultas, las pruebas que le han hecho y hasta las medicinas que le han recetado.

Una consulta con el médico de familia, 39 euros. Una con la enfermera, 18. Una radiografía, 13,32. Una ecografía abdominal, 31,29. Además de la factura del centro de salud, el paciente recibirá en el mismo sobre el resumen de las veces que ha ido a urgencias. Sabrá así que una atención urgente en un hospital cuesta 122 euros (185 si es traumatológica). En este precio se incluyen todos los costes: personal, material sanitario y farmacéutico, pruebas diagnósticas, laboratorio e incluso los suministros necesarios para el funcionamiento de las urgencias (agua, luz, seguridad, limpieza, mantenimiento…).

La factura, sin embargo, no informará de los costes reales -como sí hace, por ejemplo, Andalucía-, sino de una media calculada a partir de todos los centros. Sanidad aún no ha desarrollado un sistema de contabilidad analítica que permita el cálculo centro por centro. Lasquetty repitió varias veces durante su comparecencia de ayer que la medida no tiene nada que ver con el copago. «Le decimos al ciudadano que la asistencia es gratuita pero que tiene un coste que se financia con impuestos. Que cada persona saque luego sus conclusiones», explicó el consejero. Fue el Ministerio de Sanidad el que impulsó la medida

El consejero de Sanidad empezó ayer su intervención recordando que la factura informativa se acordó en un Consejo Interterritorial de marzo de 2010. La medida se detalla en un apartado titulado «Desarrollo de estrategias educativas, informativas y organizativas que ayuden a moderar la presión asistencial». El objetivo, que los ciudadanos «puedan llegar a concluir que deben hacer un uso más racional de los recursos sanitarios», aseguró ayer Fernández-Lasquetty. Tanto la Comunidad Valenciana como Andalucía entregan ya factura en algunos de sus hospitales y para determinados procedimientos. La segunda autonomía empezó en octubre pasado en el hospital Costa del Sol de Marbella. Hasta el 31 de mayo de este año, 17 centros sanitarios habían emitido más de 10.300 facturas informativas.

Una de las novedades en el caso madrileño es que la factura en la sombra va a incluir también información sobre el precio de los medicamentos, no solo los que se administran en el hospital, sino también los que se recetan. Sanidad mostró ayer un ejemplo de receta en el que aparece en letras grandes el precio del fármaco: un envase de omeprazol con 14 cápsulas de 20 miligramos costaba 3,14 euros. El gasto farmacéutico es uno de los que más preocupa al consejero, que ya la semana pasada, durante un encuentro con médicos (el Círculo Sanitario de Amyts), apeló a la responsabilidad de los facultativos a la hora de recetar. Cataluña ha sido la primera comunidad que ha implantado este sistema: emite recetas con el precio desde febrero de este año.

En el futuro, Sanidad quiere extender la factura a las consultas externas, al hospital de día y a todos los pacientes de atención primaria, y no solo a los que frecuenten la consulta del médico más que la media, aseguró ayer Fernández-Lasquetty, que repitió varias veces durante la rueda de prensa que «no se va a cobrar nada a nadie». Sanidad precisó que las facturas no se entregarán en caso de fallecimiento ni de cuidados paliativos. Esperanza Aguirre anunció durante su discurso de investidura, en junio pasado, que pensaba poner en marcha la factura sanitaria informativa. Era la única propuesta novedosa en materia sanitaria, ya que no prometió más hospitales ni otras medidas de calado como tiempos máximos en la lista de espera diagnóstica -que sí llevaba en el programa electoral de 2007 y no puso en marcha-.

Preguntado por la relación coste-beneficio de la factura, el consejero aseguró que el software que se ha desarrollado para poner en marcha el sistema ha costado 250.000 euros. El único coste de la gestión diaria será «el de un folio» que se le entregue al paciente al darle el alta, añadió. Preguntado de nuevo por el presupuesto para elaborar y enviar a los ciudadanos la factura, añadió que únicamente será «el coste de franqueo», que no precisó. «El beneficio es la información», dijo.

El portavoz de Sanidad del PSM en la Asamblea, José Manuel Freire, aseguró ayer que la factura en la sombra «cuesta dinero y no está demostrado que sirva para nada». «Lo único que aporta esto es poner en marcha un sistema de facturación por si algún día quieren instaurar el copago», añadió.

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Extirpar/amigdalas/792/euros/elpepiespmad/20110913elpmad_3/Tes