Más de medio millón de personas sufren espondilitis anquilosante en Europa, y puede tardar 11 años en ser diagnosticada

Más de medio millón de personas sufren espondilitis anquilosante en Europa, y puede tardar 11 años en ser diagnosticada

Europa Press (28/03/2009). Unas 600.000 personas en Europa sufren espondilitis anquilosante, una enfermedad reumática inflamatoria que deriva en una discapacidad permanente y que sin embargo, puede tardar hasta once años en ser diagnosticada, según explicó hoy el responsable de la División de Infecciones e Inmunología de la Universidad de Liverpool, Robert Moots.

En un congreso médico sobre enfermedades inflamatorias organizado por Wyeth en Ámsterdam, el profesor Moots aseguró que en España, unas 200.000 personas podrían estar sufriendo este mal que afecta a tres hombres por cada mujer y cuyos síntomas comienzan a desarrollarse en torno a los 30 años de edad por causas que aún se desconocen.

En total, se estima que entre el 60 y el 65% de los pacientes tiene una minusvalía del 33%. No en vano, tres de cada diez pacientes de espondiitis está de baja o jubilado por causa de la enfermedad y el 15 por ciento de los afectados culpa de su situación de desempleo a esta patología, según datos ofrecidos por Wyeth.

Para los expertos que participaron en el congreso, el principal problema de la espondilitis es el retraso en el diagnóstico, que impide tomar medidas antes de que la columna vertebral del paciente presente deformaciones severas. La causa reside en que los síntomas (dolor lumbar, inflamación articular o disminución de movilidad) son fácilmente atribuibles a factores externos, como la mala postura.

Por eso, el profesor de Erlangen-Nuremberg Joachim Kalden incidió en la importancia de difundir la sintomatología para que facultativos y posibles pacientes «no menosprecien las señales» que pueden indicar el desarrollo de esta enfermedad y evitar casos como el de Andrew Hodgkinson, un paciente que tuvo que «sufrir 6 años de terrible dolor» hasta ser finalmente diagnosticado.

Según su propio testimonio, tener noticia de su enfermedad «fue todo un alivio, porque por lo menos ya se sabía lo que era y se podía hacer algo al respecto», ya que hasta entonces sentía «frustración» por no encontrar una respuesta a los dolores que, especialmente a media noche y a media mañana, le impedían el descanso y el desarrollo de una vida plenamente normal.

Hodgkinson, que ha coronado el Everest teniendo espondilitis anquilosante, explicó ante los medios que gracias al tratamiento con fármacos biológicos, en la actualidad se encuentra «muy bien y sin ningún dolor» y puede seguir practicando ejercicio físico y caminar sin dificultades.

Según el estudio ASCEND, el 75,5% de los pacientes de espondilitis tratados con etanercep lograron un 20 por ciento de mejora a las 16 semanas de tratamiento y en general, fue más eficaz que la sulfasalazina al proporionar una mejoría del dolor, la función física y la movilidad en la columna vertebral.

ARTRITIS REUMATOIDE

No es ésta la única patología inflamatoria para la que los fármacos biológicos y en concreto, el etanercept (Enbrel, en su nombre comercial), han demostrado resultados. En los casos de artritis reumatoide, que sólo en España sufren 450.000 personas, este medicamento puede detener la progresión de la enfermedad para alcanzar la remisión y prevenir el daño articular.

Según apuntó Moots, esta enfermedad inflamatoria crónica que inhabilita para trabajar a cuatro de cada diez pacientes y que supone causa de pérdida de empleo para un porcentaje que oscila entre el 55 y el 89% de quienes la padecen, «actúa como un incendio quemando las articulaciones hasta deformarlas» lo que es motivo de «dolor, sufrimiento y discapacidad» y, en un 37% de los casos, también de problemas emocionales.

«Cuando tienes un paciente delante no quieres quitarle el dolor, quieres anular la causa de ese dolor, erradicarlo por completo», señaló Moots, quien incidió en que este tratamiento sistémico proporciona «más tranquilidad» a los facultativos sobre su seguridad en el uso a largo plazo, lo cual es fundamental dado que se trata de una enfermedad crónica.

El coste global de la artritis reumatoide en España supone unos 2.250 millones de euros cada año con un coste medio por paciente de 10.700 euros anuales, según un estudio realizado por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, ya que la mitad de quienes sufren esta patología presentará una discapacidad laboral al cabo de diez años del inicio de la enfermedad y, de media, tendrá bajas laborales de 39 días cada seis meses durante el desarrollo de la enfermedad.