04 Nov 240 españolas denuncian secuelas tras un implante anticonceptivo
Essure – Afectadas en España
MARÍA VALERIO – MADRID
A los 33 años, después de tener a sus tres hijos, Angélica del Valle decidió implantarse un anticonceptivo permanente que su hermana ya había probado con éxito. Se llamaba Essure y es una especie de muelle metálico que se implanta en las trompas de Falopio hasta ir produciendo una inflamación del tejido que bloquea el paso de los espermatozoides. Ahí comenzó una tortura de dos años que -y sólo ahora lo sabe- comparte con miles de mujeres en todo el mundo.
En EEUU, la presión de la activista Erin Brokovich obligó la semana pasada a la agencia del medicamento (FDA por sus siglas en inglés) a convocar una audiencia pública (un advisory comittee) para escuchar a miles de mujeres que sufren diversas secuelas después de la implantación del Essure (un producto que ahora pertenece al laboratorio Bayer tras la compra en 2013 de su fabricante inicial, Conceptus).
Autorizado en EEUU en 2002 (un año más tarde en España), Essure se posicionó rápidamente como una alternativa no quirúrgica y mucho más barata que la ligadura de trompas. Mediante una sencilla intervención, esta especie de muelle de níquel se coloca en las trompas de Falopio de manera que produce una inflamación del tejido que lo va rodeando hasta que la trompa se osbtruye e impide el paso del espermatozoide.
Según datos citados por The New York Times, se han colocado alrededor de un millón de implantes Essure en todo el mundo en los últimos 13 años (el 60% de ellos en EEUU, y unos 80.000 en España, según datos que maneja el doctor José Eduardo Arjona, ginecólogo de la Sociedad Española de Contracepción y uno de los especialistas que más muelles ha implantado en España). También en EEUU se concentran por ahora la mayor parte de notificaciones de efectos adversos por parte de unas 17.000 usuarias, algunas de las cuáles ya han demandado a la compañía.
La mayoría de ellas, como se hizo público la semana pasada ante el panel de expertos convocados por la FDA, sufre intensos dolores en la zona pélvica y abdominal; aunque también hay cientos de casos de alergia al níquel (uno de los componentes del dispositivo) o perforación de las trompas. También se han documentado más de 600 embarazos no deseados por un mal funcionamiento del implante (un método de esterilización femenina sin hormonas).
Los problemas de Angélica comenzaron el primer día después de que le implantasen Essure en el Hospital La Paz de Madrid (este método anticonceptivo está cubierto por la Seguridad Social). «Me salieron cinco manchas redondas en cada cadera, pero pensé que eran marcas del cinturón», relata esta madrileña de 38 años, que preside la recién creada Asociación de Afectadas por Essure en España. Sólo 48 horas después empezó a sufrir picores por todo el cuerpo, y aunque en Urgencias le dijeron que podía ser alergia al dispositivo, en Ginecología le quitaron importancia y le dijeron que podía ser una alergia alimenticia.
Aunque las pruebas de alergia indicaron que era muy alérgica al níquel y un dermatólogo le recomendó quitarse el implante, los ginecólogos que se lo implantaron le explicaron que en tres meses -cuando se hubiese producido la fibrosis del tejido alrededor del muelle- se le pasaría. Su relato continúa con dos años de problemas de salud que le hicieron ir encadenando picores vaginales, reglas irregulares, dolores de cabeza, hemorragias vaginales cuando iba al baño… «Mi familia me decía que me estaba obsesionando, mi marido decía que siempre me dolía algo… llegué a un punto que lo hablaba con nadie». Hasta que un día, tras dos años de sufrimiento, «y después de 15 días con la regla doblada de dolor», empezó a buscar en Internet: «Ahí me encontré a miles de mujeres con los mismos síntomas que yo en EEUU».
La búsqueda de Angélica en el ordenado tuvo dos consecuencias. La primera es que regresó a La Paz e insistió para que le quitasen el implante (la cirugía se llevó por delante no sólo el implante, sino también sus trompas de Falopio). Además, fundó una asociación de usuarias de Essure en España, que agrupa ya a 240 mujeres que el sábado se reunirán por primera vez en Colmenar Viejo (Madrid). «Hace un año, sólo una de nosotras había sido operada; a día de hoy ya somos 12 y hay cuatro más en lista de espera».
Según los datos citados por el diario The Wall Street Journal, las quejas de usuarias de Esure en EEUU se han multiplicado por 20 desde el año 2011, hasta alcanzar más de 2.200 en 2014 y 1.363 hasta junio de 2015. Algunas de ellas han tenido que recurrir incluso a una histerectomía (una extirpación del útero total o parcialmente) para retirar el implante ya que no todos los ginecólogos se ofrecen a retirarlo.
Es el caso de Elena Fernández (44 años), a quién se lo implantaron en 2011 en un hospital público de Madrid y se lo retiraron dos años más tarde en una clínica privada después de infecciones reiteradas, inflamación abdominal constante y hemorragias continuas. «Yo no quería tener más hijos, pero tampoco te imaginas que por un anticonceptivo te van a quitar el útero».
Como confirma a EL MUNDO la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), se han recibido comunicaciones por parte de pacientes que llevan este dispositivo, «así como incidentes notificados por el fabricante (Bayer). «También hemos pedido opinión de profesionales sanitarios que han implantado estos dispositivos, los cuales han referido que las complicaciones son similares a otros métodos anticonceptivos», explica Sanidad a través de un correo electrónico. La Agencia asegura a este periódico que «va a seguir recabando la opinión de los especialistas con el fin de determinar si es necesario introducir algún tipo de precisión sobre las condiciones o limitaciones de uso de este dispositivo».
Por su parte, un portavoz oficial de Bayer explica que «los datos reportados de Essure a la AEMPS están dentro de la normalidad y de lo esperable, por lo que no se requiere ninguna actuación especial». Aunque la compañía conoce la existencia del grupo de afectadas en Facebook, insiste en que existen cauces oficiales de comunicación «y las pacientes pueden ponerse en comunicación con Bayer». «Lo haremos», responde Angélica, que también aconseja a las usuarias que transmitan sus problemas por escrito a la Agencia (psvigilancia@aemps.es).
La reunión del Advisory Committee en EEUU puso sobre la mesa las dudas sobre los estudios científicos que permitieron la aprobación del método por parte de las autoridades sanitarias de aquel país. Esta vista pública, como quiere resaltar Bayer, no tenía por objetivo decidir si se retira o no del mercado Essure. Aunque como reconoce Angélica, ésa va a ser la lucha de las afectadas. Y, al menos, mientras eso se produce, facilitar a las usuarias que lo deseen que se les pueda retirar el implante en los mismos hospitales públicos donde se les implantaron. Porque como reconoce Gemma López, otra de las asociadas, el problema para muchas mujeres es que en los hospitales donde les colocaron el dispositivo no encuentran un interlocutor para que lo retiren quirúrgicamente. «A mí me han dicho que tengo colon irritable, pero cada vez me ve un ginecólogo diferente y me dicen que mis dolores no son por el Essure», explica esta mujer de 47 años en lista de espera para que se lo retiren en el quirófano.
«Nosotras no decimos que le vaya mal a todo el mundo, ojo, pero a algunas de nosotras nos ha hipotecado la vida», concluye Angélica.
www.elmundo.es/salud/2015/09/30/560adc9a268e3ed2448b459e.html