1.075.000 euros por una vida en coma

1.075.000 euros por una vida en coma

La familia de Antonio Meño alcanza un acuerdo con las seis aseguradoras de la clínica en la que se le practicó la rinoplastia que le dejó como un vegetal hace 22 años.- Los padres, que se sienten «humillados», evitan otro periplo judicial con este pacto

SARA ESPAÑA – Madrid

La familia de Antonio Meño, el madrileño que quedó en coma hace 22 años por una negligencia médica durante una rinoplastia, ha pactado esta mañana con las seis aseguradoras de la clínica en la que se le practicó la operación que percibirán 1.075.000 euros más las costas íntegras del proceso negociador, que ascienden a unos 10.000 euros, en concepto de indemnización por los daños sufridos. La familia pedía 1.650.000 y su objetivo, según el abogado que les representa, era lograr «no menos» que lo que se les concedió en la única sentencia favorable que han logrado tras dos décadas de lucha y de reveses judiciales. Fue en 1993, cuando la clínica Nuestra Señora de América fue condenada a pagarles 175 millones (de pesetas). Los padres de Meño, que con este acuerdo evitan un nuevo periplo judicial, han salido llorando de la sala donde se ha celebrado el encuentro de las partes. No era de alegría.

Meño, estudiante de Derecho, se quedó con 21 años en coma vigil, postrado en una cama, con mente en blanco y cuerpo martirizado tras una operación estética en 1989 en la capital. En 1993, un juzgado de primera instancia condenó al anestesista por negligencia. El anestesista recurrió y en 1998, cinco años después, la Audiencia Provincial le dio la razón y le absolvieron. La familia presentó recurso y a los 10 años, el Tribunal Supremo confirmó la absolución y obligó a los Meño a pagar 400.000 euros a los demandados por gastos judiciales.

522 días en la calle

En noviembre de 2010, y ante la aparición de un testigo nuevo que los acusados ocultaron, el Supremo ordenó reabrir el caso. En lugar de hacerlo, las partes se sentaron a negociar la cuantía que la familia debía recibir por este calvario, en medio del cual vivieron 522 días en un tenderete en el centro de Madrid para denunciar su situación.

Tras lograr el acuerdo, la madre de Meño, Juana Ortega, de 65 años, ha dicho ante los medios que se siente «humillada» y ha insistido que el culpable de la tragedia de su hijo «es el anestesista», mientras que las aseguradoras a las que les toca pagar «solo son victimas de la mentira» que este dijo en su día. En contra de lo que suelen hacer, los padres de Meño no han acudido hoy a los juzgados con su hijo a cuestas porque, según la madre, el próximo lunes tienen que sacarle de casa para llevarle al médico y es «demasiado movimiento para él».

Las partes, de un lado la familia y de otro los demandados -Francisco González Martín More, Clínica Nuestra señora de América, Allianz Ras Seguros y Reaseguros S. A., Caja de Seguros Reunidos, Seguros Generali S. A. y Cahispa-, se habían citado a las once de la mañana en el Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid para asistir a un nuevo un acto de conciliación, el segundo tras el fracaso de la primera cita el 29 de abril, con el objetivo de alcanzar el acuerdo económico. La madre de la víctima, que ahora tiene 42 años, afrontaba la jornada «con esperanza no, con lo contrario». «Lo que le han hecho a mi hijo no se paga con dinero», sigue denunciando.

Las partes llevan negociando meses. La familia ha dejado el asunto en manos de su abogado, Gustavo Izquierdo, y, por lo que este les había dicho, les iba a tocar ceder, lo que consideran «muy injusto». Desde el primer acto fallido de conciliación, los abogados han mantenido frecuentes contactos y, según ha explicado a este diario el abogado, el pacto se logró a última hora de ayer. Según Izquierdo, estas negociaciones han sido «muy difíciles» y ha logrado que las aseguradoras muevan unos centímetros su postura. Izquierdo ha querido agradecer su profesionalidad y talante a los abogados de las partes contrarias, que han sido «muy receptivos» para lograr una salida al caso.

Con este pacto, han logrado «evitar abrir un camino que ninguna de las partes sabía a dónde iba a llevar y que ponía la decisión en manos de un tercero». A juicio del letrado, «apenas existen precedentes» de lograr «un acuerdo de esta cuantía» en una conciliación. A pesar de la victoria, el padre, que también se llama Antonio Meño, ha tenido que salir a mitad de la sesión porque no se sentía con fuerzas para soportarlo.

http://www.elpais.com/articulo/espana/1075000/euros/vida/coma/elpepusoc/20110714elpepunac_3/Tes